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El ser y la vida. Un estudio de la emoción

Alejandro Alvarez Silva
 
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5. Un estudio de la emoción

Para una aproximación "objetiva" a la emoción se ha acudido a la página web de biopsychology.org , trabajo firmado por M.P.González, E.Barrull, C.Pons y P.Marteles (1988). En el mismo se hace un resumen de las aportaciones de Wukmir en su obra : "Emoción y sufrimiento".

En cada instante se experimenta algún tipo de emoción o sentimiento, que es función de lo que nos ocurre y los estímulos que percibimos; otra cosa es que podamos expresar claramente qué emoción experimentamos en cada momento.

Las emociones son experiencias complejas, pero con el vocabulario usual puede hacerse que personas de un mismo entorno cultural puedan compartirlas.

Cada emoción expresa una cantidad o magnitud en una escala positivo/negativo. Así se experimentan emociones positivas y negativas en grados variables. Entonces, toda emoción representa una magnitud o medida a lo largo de un continuo que puede tomar desde valores positivos a negativos.

Por el lado positivo decimos, por ejemplo, "me siento bien", "me siento muy bien", o "me siento extraordinariamente bien" (diferentes grados del polo positivo). Y lo mismo para el polo negativo: "me siento mal", "me siento muy mal", o "me siento extraordinariamente mal".

Según la situación que provoca la emoción se escogen unas u otras palabras, tales como "amor", "amistad", "temor", etc. Y según su intensidad: "nada", "poco", "bastante", etc.

Por consiguiente, toda emoción tiene dos componentes diferenciados: el cualitativo que describe la emoción (amor, amistad, etc.), y el cuantitativo que se expresa mediante palabras de magnitud (poco, bastante, mucho, algo, etc.), tanto para las emociones positivas como para las negativas.

Los organismos vivos disponen de órganos perceptivos que les permiten reconocer los estímulos "significativos" para su supervivencia (comida, protección, etc.). La percepción, pues, tiene por objeto reconocer los estímulos. Ahora bien, se necesita saber si lo que se ha percibido es útil o favorable para la supervivencia. ¿Cuáles son, pues, los mecanismos que tienen los seres vivos para determinar si lo percibido es favorable o no para la supervivencia? Wukmir planteó que esos mecanismos eran las emociones. La emoción sería una respuesta inmediata del organismo que le informaría del grado de favorabilidad o utilidad de un estímulo o situación para su supervivencia. Si es favorable para la supervivencia, el organismo experimentaría una emoción positiva (alegría, satisfacción, deseo, etc.), si no experimentaría una emoción negativa (tristeza, dolor, etc.). El mecanismo de la emoción, entonces, orientaría, a modo de brújula, en cada situación, a los organismos para que estos buscasen aquellas situaciones que serían favorables para su supervivencia (Emociones positivas), y se alejasen de las que no son favorables a la misma (emociones negativas).

La valoración emocional utiliza mecanismos físico-químicos muy variables que dependen de la complejidad del organismo.

Con la aparición del córtex, los procesos cognitivos participan de forma sustancial en la elaboración de las emociones, en particular el neocórtex en la especie humana. Pero aunque córtex y neocórtex participen en la elaboración de las emociones, no significa que sea de forma consciente. La elaboración de las emociones no es un proceso voluntario, ya que sólo se es consciente del mismo de forma parcial.

La realidad es que no tenemos control sobre la emoción misma, sino solamente sobre su manifestación consciente.

Así que, por intermedio de la emoción, un organismo sabe consciente o inconscientemente si una situación es más o menos favorable para su supervivencia. La emoción se configura, pues, como el mecanismo fundamental que poseen los seres vivos para su orientación en la naturaleza con el fin de su supervivencia.

Ahora bien, como en toda medida, puede haber errores, y un organismo puede equivocarse en su valoración emocional en grados variables. El problema es que la emoción determina de forma directa todo nuestro comportamiento, y el error en la valoración nos sitúa en una posición de riesgo.

Wukmir planteó que la emoción es el resultado de una valoración (medida) subjetiva de la probabilidad de supervivencia del organismo en una situación o frente a unos determinados estímulos. La emoción informa al organismo sobre la favorabilidad de cada situación. Es decir, la emoción se comporta como una variable de estado intensiva (el valor total es el promedio de las partes). A cada estado de nuestro organismo le corresponde una emoción, más positiva cuando es un estado más orientado hacia la vida (orexis), y más negativa cuando se orienta más a la enfermedad (anorexis). Pero, como todo proceso de medida, las emociones están sujetas a errores que perjudican al propio organismo.

Es importante señalar que según lo anterior, lo interno, lo introspectivo, lo subjetivo es medido por la emoción. Lo externo, lo objetivo lo mediría la información, la inteligencia, la parte consciente de la individualidad.

Una visión más filosófica, y en nuestra opinión más cercana a la verdadera "realidad" del hecho emotivo, nos lo proporciona Jean Paul Sartre en su obra: "Bosquejo de una teoría de las emociones". A continuación expondremos algunas de sus reflexiones.

Sartre transcribe de Heidegger ("Ser y tiempo"): "El ser de este ente es mío". Prosigue Sartre: "Para la "realidad humana", existir es siempre sumir su ser; es decir, ser responsable de él en vez de recibirlo desde fuera como lo hace una piedra". "Esta "asunción" de uno mismo que caracteriza a la realidad humana implica una comprensión, por oscura que sea, de la realidad humana por sí misma."/../ "la realidad humana -que es yo- asume su propio ser comprendiéndolo".

Y continúa: "En efecto, existir para la realidad-humana es, según Heidegger, asumir su propio ser en un modo existencial de comprensión; existir para la conciencia es aparecerse a sí mismo, según Husserl.."

Vuelve a citar a Heidegger y Husserl al citar la fenomenología: "Heidegger piensa que volveremos a encontrar el todo de la realidad-humana, ya que la emoción es la realidad-humana que se asume a sí misma y se "dirige-emocionada" hacia el mundo. Husserl, por su parte, piensa que una descripción fenomenológica de la emoción pondrá de manifiesto las estructuras esenciales de la conciencia, puesto que una emoción es precisamente una conciencia."

En opinión de Sartre: "la emoción significa a su manera el todo de la conciencia, si nos situamos en el plano existencial, de la realidad-humana. La emoción no es un accidente porque la realidad-humana no es una suma de hechos; expresa con un aspecto definido la totalidad sintética humana en su integridad. No quiere decirse con ello que es el efecto de la realidad humana. Es esa realidad-humana misma realizándose bajo la forma de "emoción". /../ "la emoción es una forma organizada de la existencia humana".

Sartre se declara partidario como William James de llamar "estado de conciencia" (alegría, ira, etc.) a la conciencia de las manifestaciones fisiológicas, su proyección es la conciencia. También se pregunta, en una crítica de la teoría de la sensibilidad cerebral, si puede un trastorno fisiológico dar cuenta del carácter organizado de la emoción.

Sartre nos transcribe una cita de P.Guillaume en su "Psychologie de la Forme", de la que entresacamos: "Hay en la ira, y sin duda en todas las emociones, un debilitamiento de las barreras que separan las capas profundas y superficiales del yo y que, normalmente, aseguran el control de los actos por la personalidad profunda, así como el dominio de sí misma; un debilitamiento de las barreras entre lo real y lo irreal".

Respecto a la teoría de la conducta-emoción nos comenta: "Hay, pues, un solo proceso: la transformación de forma. Ahora bien, no puedo comprender esa transformación sin dar por sentada la conciencia. Sólo ella puede por su actividad sintética romper y reconstruir incesantemente unas formas; sólo ella puede dar cuenta de la finalidad de la emoción".

En el capítulo dedicado a la teoría psicoanalítica, Sartre nos dice: "Sólo puede comprenderse la emoción buscando en ella una significación. Esta significación es por naturaleza de índole funcional," /../ "Esa finalidad supone una organización sintética de las conductas, que no es sino el inconsciente de los psicoanálisis de los psicoanalistas o la conciencia".

En opinión de Sartre, la psicología psicoanalítica ha sido la primera en insistir sobre el hecho de que "todo estado de conciencia vale por algo que no es él".

Y sigue diciéndonos: "En la medida en que la conciencia se hace, no es sino lo que se aparece a sí misma. Si posee, pues, una significación debe de contenerla en sí como una estructura de conciencia." /../ "Si el cogito debe ser posible, la conciencia es ella misma, el hecho, la significación y lo significado".

"Dicho de otro modo, es la conciencia la que se hace a sí misma conciencia, emocionada con vistas a las necesidades de una significación interna".

Y posteriormente, en el capítulo 3 dice: "para la mayoría de los psicólogos, ocurre como si la conciencia de la emoción fuera ante todo una conciencia reflexiva; es decir, como si la forma primera de la emoción como hecho de conciencia consistiera en aparecérsenos como una modificación de nuestro ser psíquico" /../ "En una palabra, el sujeto emocionado y el objeto emocionante se hallan unidos en una síntesis indisoluble. La emoción es una determinada manera de aprehender el mundo". /../ "Puede producirse un paso continuo de la conciencia irreflexiva "mundo-actuado" (acción) a la conciencia irreflexiva "mundo-odioso"(ira). La segunda es una transformación de la primera".

Sartre hace hincapié en la esencia de la conducta-irreflexiva. Nos dice que, por ejemplo, el acto de escribir no es inconsciente; es una estructura actual de mi conciencia. Pero no es consciente de sí mismo.

Y sobre el mismo tema se extiende: "Lo único que aquí importa es mostrar que, como conciencia espontánea irreflexiva, la acción constituye una determinada capa existencial en el mundo y no es preciso ser consciente de uno mismo como actuando para actuar. Muy al contrario. En una palabra, una conducta irreflexiva no una conducta inconsciente, es consciente de sí misma no-téticamente, y su modo de ser téticamente consciente de sí misma consiste en transcenderse a sí misma y de aprehender sobre el mundo una especie de cualidad de cosas".

Sigue diciéndonos J.P.Sartre que la emoción es una transformación del mundo. Ese intento de actuar no es consciente como tal, pues sería objeto de una reflexión. "Es ante todo aprehensión de relaciones y exigencias nuevas".

Al ser muy difícil o imposible la aprehensión de un objeto, la conciencia trata de aprehenderlo de otro modo: transformándose a sí misma para "transformar el objeto".

En palabras de Sartre: "En la emoción el cuerpo, dirigido por la conciencia, transforma sus relaciones con el mundo para que el mundo cambie sus cualidades. Si la emoción es un juego, es un juego en el que creemos".

Para Sartre la verdadera emoción va unida a la creencia. "La emoción es padecida".

Sartre prosigue: "Para comprender claramente el proceso emocional a partir de la conciencia, es preciso recordar el doble carácter del cuerpo, que es por una parte objeto en el mundo y por otra lo vivido inmediato de la conciencia. A partir de ahí podemos aprehender lo esencial: la emoción es un fenómeno de creencia. La conciencia no se limita a proyectar significaciones afectivas sobre el mundo que le rodea: vive en el mundo que acaba de crear". /../ "Así, pues, el origen de la emoción es una degradación espontánea y vívida de la conciencia frente al mundo. Lo que ésta no puede soportar de un determinado modo, trata de aprehenderlo de otro, adormeciéndose, acercándose a las conciencias del sueño, del ensueño y de la histeria".

Continúa diciéndonos Sartre que la conciencia no tiene téticamente conciencia de sí misma como degradándose para librarse de esa presión del mundo. "Sólo tiene una conciencia posicional de la degradación del mundo que se traslada al nivel mágico.

La conciencia cae en su propia trampa, precisamente porque "vive" ese nuevo aspecto del mundo creyendo en él (queda atrapada en su propia creencia).

La conciencia de la emoción está atrapada, pero no de algo externo", sino cautiva de sí misma porque no domina esa creencia.

"La conciencia se trasciende a sí misma, por esencia". Así que le resulta imposible recogerse en sí misma para dudar hallarse fuera en el objeto: "Sólo se conoce sobre el mundo".

"La conciencia se conmueve sobre su emoción, la intensifica". La conciencia no puede librarse de ese mundo mágico. Y ese carácter de cautiverio no lo realiza la conciencia en sí misma, sino que lo aprehende sobre los objetos. La liberación ha de provenir de una reflexión purificadora o de una desaparición de esa situación conmovedora.

"Lo que forma parte intrínseca de la emoción es que aprehende en el objeto algo que la desborda infinitamente". Y es que "no se confiere a un objeto una cualidad sino mediante un paso hacia el infinitivo".

"Vivimos emotivamente una cualidad que penetra en nosotros, que padecemos y que nos rebasa por todas partes. De repente, la emoción se separa de sí misma, se trasciende; no es un episodio trivial de nuestra vida cotidiana, sino intuición de lo absoluto".

"Toda aprehensión emocional de un objeto que causa temor, ira, tristeza, etc., no puede realizarse sino sobre el fondo de una total alteración del mundo. En efecto, para que un objeto aparezca como terrible es preciso que se realice como presencia inmediata y mágica ante la conciencia". Lo que sólo sería posible en un "acto de conciencia que destruya todas las estructuras del mundo que puedan rechazar lo mágico.."

Para Sartre la conciencia puede "ser-en-el-Mundo" de dos maneras distintas. El mundo se le puede aparecer como un complejo organizado de utensilios, en el que cada utensilio remite a otros utensilios, y así de forma sucesiva hasta el infinito. La otra manera sería que el mundo se le apareciese la conciencia como una totalidad no-utensilio, o sea, "modificable sin intermediario y en grandes masas". Este aspecto del mundo totalmente coherente sería el mundo mágico.

Así que, según Sartre, no puede considerarse la emoción como un desorden pasajero del organismo y la mente, turbada desde fuera. "Es por el contrario, la vuelta de la conciencia a la actitud mágica, una de las grandes actitudes que le son esenciales, con la aparición del mundo correlativo: el mundo mágico. La emoción no es un accidente sino un modo de existencia de la conciencia, una de las formas en que comprende (en el sentido heideggeriano de "Verstehen") su Ser-en-el-Mundo".

"Una conciencia reflexiva siempre puede dirigirse hacia la emoción. En este caso, la emoción aparece como estructura de la emoción".

Y para finalizar: "Una emoción remite a lo que significa. Y lo que significa es la totalidad de las relaciones de la realidad-humana con el mundo. El paso hacia la emoción es una modificación total del "ser-en-el-mundo" según las leyes muy particulares de la magia".


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Sobre el autor


Alejandro Álvarez ha trabajado como jefe de redacción y como articulista en diversas revistas y publicaciones. Es director de la revista digital "Foro Esencia" y es autor de diversos ensayos.





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