Vistos de otra manera, los hechos observados en nuestro mundo conducen a considerar la posibilidad de que la evolución sea tal como se expresa en este capítulo. Un gran organismo existente en la Tierra, manifiesta un ciclo biológico de carácter reproductor. Tras un proceso de maduración, el organismo genera de forma simultánea estructuras biológicas, grandes estirpes, que pueden llegar a originar especies tecnológicas capaces de construir artefactos con los que llevar la vida a otros lugares. Fuera de la Tierra, la vida podría sobrevivir más allá de los momentos en que el Sol aniquile la vida terrestre en su larga agonía estelar. Los ciclos reproductores de este organismo impiden la estabilización del sistema; debido a ello, tras su fracaso, los grandes grupos que en otro tiempo dominaron la Tierra terminan desapareciendo de la faz de la Tierra y las esperanzas de reproducirse durante otro intento posterior siguen existiendo.
Mecanicismo y holismo...
Para abordar un fenómeno podríamos asumir dos tipos de filosofías contrapuestas: idealismo y materialismo. La filosofía idealista asume que unas ideas generales determinan nuestra visión del mundo material y lo conforman como lo conocemos. Las ideas asumirían un papel previo a los aspectos materiales observados y nosotros reflejaríamos nuestras ideas en el análisis de nuestras observaciones sobre el entorno. Por otro lado como materialismo se conocen un conjunto de filosofías que mantienen tres principios comunes. Primero, para ellas la realidad material existe fuera de la conciencia humana. Segundo, la realidad existe antes e independientemente de las ideas que se tengan sobre ella, derivando de la experiencia sensible del mundo y no a la inversa. Tercero, todo cambio en el Universo es el resultado de la acción de una entidad material sobre otra.
El materialismo presenta dos formas principales: el materialismo mecanicista y el materialismo dialéctico u holístico. El mecanicismo asume que las partes de un sistema complejo están separadas y son diferentes. De tal modo el mejor sistema de estudiar algo es analizar separadamente sus partes. Aun admitiendo que las distintas partes interaccionan, los mecanicistas se centran en ellas y no en las interacciones. Finalmente los mecanicistas admiten que todo puede construirse sumando las partes individuales y nada más. Jacques Loeb en un ejercicio radical de mecanicismo describió un insecto fototropo como "una máquina fotoquímica esclavizada por la luz".
El materialismo holístico no admite los supuestos mecanicistas. Para él el todo puede ser más que la suma de partes, que a su vez integran un sistema de categoría superior cuyo funcionamiento incide sobre cada una de ellas. Los sistemas, formados de partes, ganan propiedades que las partes por separado no poseen. De este modo surgen nuevas propiedades previamente inexistentes. Así es factible explicar fenómenos que asumiendo el mecanicismo no es posible.
Cierto es que el mecanicismo ha permitido avanzar en el conocimiento de los fenómenos, sin embargo, también es cierto que es posible encontrar en muchos casos que el funcionamiento de las partes es influenciado por el todo, y por tanto en situaciones diversas, despreciar este factor global impide explicar más correctamente la naturaleza de las cosas. Algunos ejemplos han sido dados a lo largo de esta obra.
Mecanicismo y adaptación...
La adaptación es esencialmente el mecanismo básico que explica la evolución desde una perspectiva mecanicista. Sin embargo, aunque es indudable que la adaptación existe, es cuestionable que sea capaz de aclarar todo lo que es necesario abordar. El azar, otro valuarte mecanicista, no explica, sino más bien recoge en un cuarto oscuro problemas irresolubles, no se sabe si provisionalmente o definitivamente. Pero explicar no lo hace, ya he escrito que a mi juicio desde bases ideológicas distintas, es equivalente decir porque Dios quiere que por azar. Dios y azar constituyen dos alegatos a la inexplicabilidad racional, pero no puedo admitir que racionalmente ninguno de los dos explique aunque si que existan fenómenos inexplicables.
La adaptación para explicar pequeños pasos parece un recurso relativamente sencillo. Lewontin lo da a entender así y expresa que es esa una razón del por qué la explicación adaptacionista de la evolución no es abandonada. Por otro lado entiendo de sus palabras que al parecer es la única vía por donde el mecanicismo podría llegar a dar una explicación a la evolución. Abandonarla cerraría el camino mecanicista en este campo científico. En palabras suyas: "En cierto sentido, pues, el biólogo está forzado al programa adaptacionista estricto, porque las alternativas, aunque indudablemente operativas en muchas ocasiones, no pueden comprobarse en casos concretos".
Una de las alternativas aludidas por este autor se refiere a las cuestiones alométricas. La alometría asume que las partes medibles de un organismo, -el esqueleto por ejemplo-, forman un continuum que interrelaciona entre sí. De este modo la variación de las dimensiones en una sección conlleva el cambio de las dimensiones en otra, a modo de una malla elástica, cuya deformación en la parte donde se aplica la fuerza implica otra deformación en el resto de la malla. Así podríamos explicar la reducción de las patas anteriores del tiranosauro a causa del desarrollo extraordinario de las patas posteriores. Este modelo alométrico constituye un paso dado desde el mecanicismo riguroso, hacia un cierto holísmo en el que más allá de las partes del esqueleto se considera el papel importante de las interrelaciones entre ellas. A nivel genético la alometría implica una coordinación de muchos genes y niega la independencia absoluta de éstos.
El mismo autor en compañía de Gould escribe: "Con demasiada frecuencia nos ha conducido el programa adaptacionista a una biología evolutiva basada en las partes de los organismos y en sus genes, pero que no tiene en cuenta a los organismos en sí mismos". Ambos autores no postulan la existencia de un macroorganismo, tal como aquí hago, sino que se refieren a organismos de igual categoría estructural a nuestra especie. No obstante en mi opinión el considerar los seres vivos como un todo integrado en un sistema superior orgánico puede contribuir a resolver problemas biológicos que de otro modo son poco menos que inabordables. ¿Por que no asumir la posible existencia de un organismo de este tipo?. Plantear el análisis a este nivel es como mínimo un ejercicio irrenunciable cuyos resultados pueden contribuír al menos a establecer unas perspectivas diferentes a un problema tradicional. Quizás la dificultad esencial a vencer no sea ya si los seres vivos integran un macroorganismo, sino mas bien la preexistencia de un problema de mentalismo en el hombre para asumir ese ser de categoría estructural superior. Turing tropezó con un problema similar a la hora de convencer sobre la posibilidad de que las máquinas pudieran llegar a ser inteligentes e intentó vencerlo escribiendo su obra ¿Puede pensar una máquina?. La cuestión estriba en que caso de existir el sistema superior las cosas seguirían siendo tal como se nos están presentando. No se trata de cambiar los datos, sino de plantear otra manera de comprenderlos.
Mitosis y adaptación, meiosis y evolución, dos paralelismos posibles...
En el organismo humano, la vida continúa en su interior por un mecanismo reproductivo que es la mitosis, un sistema organizado de reproducción por la que una célula que contenga un número dado de cromosomas origina dos células hijas del mismo número de cromosomas. Se suele decir que en el plazo de unos años, un cuerpo humano queda constituido por un conjunto de células totalmente distinto, exceptuando las neuronas cerebrales, un subconjunto de las cuales sigue sobreviviendo durante toda la vida.
Sin embargo, nunca será posible reproducir el sistema biológico humano, si no interviene otro proceso de división celular, al que llamamos meiosis, y que consiste en reducir el número dado de cromosomas de las células abuelas, a la mitad en las células nietas. De este modo, surgirán los gametos, que mediante su acción podrán hacer aparecer nuevos organismos humanos.
La mitosis podría ser el equivalente, en el posible sistema superior, a la adaptación. La vida se mantiene de esta manera sobre el ecosistema en condiciones muy similares aunque algo diferentes, variando de manera adecuada a los cambios del medio. Sin embargo a la hora de producirse pasos esenciales en cuanto a la reproducción del sistema interviene otro proceso diferente, no ya una adaptación, sino una evolución. De este modo la evolución no sería un sumatorio de adaptaciones, sino un proceso diferente, cuyos cambios procurarían la madurez de la comunidad biológica y por tanto su reproducción [ Nota 96 ].
Aspectos no considerados... ¿Aspectos claves?...
A las teorías "tradicionales" mecanicistas sobre la evolución, caso de la selección natural -o al menos de la explicación que se ha querido dar de ella- y modificaciones posteriores, les ha faltado la visión, en algunos casos imposible o en otros voluntaria [ Nota 97 ], de ciertos aspectos que se encuentran contenidos en los núcleos de estudio de otras ciencias y que se podrían estructurar del siguiente modo:
+ Por un lado vivimos en un planeta que circunda a una estrella que posee un periodo de vida, y que de no remediarlo al extinguirse arrastrará en su agonía a todas las formas vivas destruyendo la vida terrestre.
+ Por otro lado la vida muestra una fuerza extraordinaria tendente a evitar su desaparición. Las cantidades y calidades de estrategias desencadenadas por el mundo biológico con objeto de sobrevivir son tan insólitas que no hemos podido describirlas adecuadamente, e incluso es muy posible que si alguien nos contará la realidad no nos la creyéramos, ¡no sería posible un relato tan fantástico!.
+ El desarrollo de la tecnología en nuestro siglo de una manera tan explosiva y tan desigualmente repartida entre todos los habitantes del mundo.
+ La tendencia a la guerra por parte de la humanidad, ligada al desarrollo tecnológico anteriormente referido al que potencia extraordinariamente.
+ El desarrollo de una carísima tecnología espacial, no se sabe bien para qué, en un mundo donde los bienes están mal repartidos.
Estos elementos para la reflexión sobre el problema pueden permitirnos plantear una visión diferente de la evolución biológica en la Tierra. ¿Qué pasaría, por ejemplo, si mañana en los periódicos y revistas científicas se confirmara que el Sol, en un plazo de doscientos años, destruirá la Tierra y extinguirá la vida?. ¿Qué propondrían los grupos sociales de los distintos países de la Tierra?. ¿Qué decidirían los gobiernos?.
Metabolismo y reproducción, propiedades universales de la vida.
La vida posee dos propiedades fundamentales: metabolismo y reproducción. El metabolismo consiste en una especie de autogestión de la materia que es capaz de generarse a sí misma manteniendo un orden irrenunciable a partir de la gestión de la energía que llega al lugar donde existe la vida. Pero la materia orgánica, parte esencial de la vida, es inestable y parece comunicar esta "debilidad" constitucional a los sistemas en los que se integra. Como respuesta surge la reproducción, mediante la cual se generan nuevas réplicas muy parecidas a las preexistentes y que pueden extender la vida en general en el tiempo, aunque no la vida en particular [ Nota 98 ].
Los seres vivos nacen dotados de la necesidad natural de reproducirse. La naturaleza les proporciona órganos dedicados a esta función además de comportamientos específicos para conseguir los fines reproductivos. Desde que el mundo es mundo la vida ha sobrevivido porque la reproducción no ha desaparecido. Incluso en algunos organismos carentes de movimiento autónomo, la única fase vital en la que disponen de cierta independencia del espacio habitado por el precursor es la reproductiva. Así los árboles se sitúan fijos sobre el suelo, pero la invasión de nuevos territorios en los que se extienda la especie solamente se producirá en el estado de semilla, como los cocoteros cuando sueltan los cocos en el mar con objeto de que puedan llegar a otras islas.
Modelos y realidad...
Los modelos son utilizados en ciencia para, a partir de esa serie de cosas que nos rodea y que percibimos de manera cotidiana, explicar de una manera más próxima a nuestra percepción una serie de fenómenos más alejados de nuestro mundo inmediato. Así las formas nos permiten comprender desde los átomos y moléculas que simulamos con esferas, hasta las complejas relaciones del espacio-tiempo de la relatividad, que se pueden representar mediante mallas o redes elásticas que se distorsionan al entrar en contacto con masas esféricas.
Si bien muchos seres carecen de vida y por tanto pueden ser modelizados dignamente por objetos no vivos, para representar a un ser vivo complejo, quizá nada mejor que utilizar otro modelo vivo pero más próximo a nosotros. Es por tal razón que planteándose en esencia en esta obra un proceso reproductor que está ligado a la supervivencia de la vida de la Tierra, utilice aquí como modelo la hembra humana.
En todo caso no se intenta establecer la igualdad entre el posible sistema superior del que formamos parte y la hembra humana, sino que determinadas pautas biológicas de ésta pueden servir de claves que nos ayuden a comprender algo mejor el significado de la naturaleza de la comunidad viva terrestre. Quizás otras especies y otros aspectos pudieran ser mejor simulados por la biología de otros organismos, sin embargo la sexualidad femenina por pertenecer a nuestro propio patrimonio como especie me ha parecido lo suficientemente interesante y poseedora de luces acerca del enigma biológico: ¿Aparte de vivir, qué están haciendo los seres vivos en la Tierra?.
La reproducción en la hembra humana...
En la mujer, como en todas las hembras de mamífero, existen dos órganos sexuales a los que hemos dado el nombre de ovarios. En estos órganos sexuales surgen células, llamadas ovocitos, que son capaces en algunos casos de originar un nuevo ser vivo de la misma categoría que la hembra humana. Al proceso de generación de ovocitos lo llamamos ovogénésis.
A partir de unas células denominadas ovogonias, se producen otras llamadas ovocitos de primer orden que llegan a sumar un total de 6 a 7 millones. En el momento del nacimiento de la hembra, en el parto, los ovocitos de primer orden han quedado reducidos, no sabemos según qué criterio, a unos 300.000, produciéndose la muerte del resto. Nunca más durante toda la vida de la hembra se generará un solo ovocito nuevo. Durante una serie de años hasta que se alcanza la pubertad el proceso queda interrumpido. A partir de la pubertad, alguno de los ovocitos de primer orden se transforma en lo que hemos denominado ovocito de segundo orden, que surgirá en cada ovulación en número de uno (normalmente), en dirección hacia el útero, atravesando previamente las trompas de Falopio. Son estos ovocitos los que en algún caso pueden iniciar el desarrollo embrionario que conducirá al nacimiento mediante el parto. Al final del periodo fértil de la mujer, de los 6-7 millones de ovocitos de primer orden originales sólo llegaran a ovocitos de segundo orden unos 300, de los cuales unos pocos se transformarán tras la fecundación en óvulos y podrán dar origen a nuevos individuos.
El proceso está regido internamente por hormonas que producen no sólo la ovulación, sino que cuando el ovocito no es viable causan una eliminación tanto de éste como de las estructuras que le rodean y que surgieron para permitir la viabilidad del siguiente paso en el desarrollo del individuo: el embrionario. Este proceso llamado menstruación es cíclico, se rige por meses lunares y solamente se interrumpe caso de pasar al desarrollo embrionario tras la fecundación.
Si se produce fecundación nacerá un nuevo individuo y posteriormente al alumbramiento se producirá una eliminación de aquellas estructuras generadas para posibilitar toda la fase que comenzó con la ovulación y concluye con el nacimiento. La placenta se elimina, el útero debe volver al estado que tenía cuando no albergaba ningún óvulo, los tejidos y órganos deben recobrar sus antiguas posiciones. Tras la reproducción hay una reconstrucción del estado inicial del sistema, previa eliminación y reestructuración de las partes.
La reproducción en el sistema superior [ Nota 99 ]
Por métodos de datación radiactiva hemos podido establecer que la Tierra y el sistema solar tienen una edad aproximada de 4.600 millones de años. Los fósiles con caparazón comienzan a aparecer hace unos 570 millones de años. Esta fecha la hemos tomado como principios de la era primaria o paleozoica. Su primer periodo es el cámbrico y esta edad supone también su límite inferior. El precámbrico se sitúa ocupando todo el periodo anterior. Hacia el final del precámbrico y durante un escaso 4% de la duración total de éste es posible encontrar fósiles de animales pluricelulares desprovistos de caparazón que pertenecerían al mismo grupo que las medusas. Hoy sabemos que los primeros seres vivos que habitaron la Tierra aparecieron en el periodo en el que la Tierra tenía entre 800 y 1.400 millones de años; dicho de otro modo, entre hace 3.800 millones de años y 3.200 millones. Por su aspecto parecen microfósiles del tipo procariota, células más pequeñas, dotadas de un solo cromosoma, sin núcleo aparente y mucho más sencillas que el tipo de células que componen nuestros tejidos a las que hemos llamado eucariotas. Aproximadamente hace 1.400 millones de años aparecieron las primeras células eucariotas que por evolución originaron los primeros seres pluricelulares 400 millones de años después.
Haciendo números el periodo en el que la vida estuvo constituida solamente por células aisladas es muy superior al tiempo en que éstas han convivido con organismos pluricelulares, duplicándolo si no triplicándolo. La Tierra fue durante 2.000 largos millones de años un mundo de microbios.
Consideramos que al principio del cámbrico es el momento en el que se produce el llamado big bang cámbrico, en el que súbitamente, al menos en el reino animal, surgen prácticamente al unísono las modernas estirpes orgánicas (patrones vivos) que posteriormente completarán el desarrollo evolutivo dando origen a tipos posteriores de organismos pluricelulares.
Parece estar claro que la evolución no se realiza homogéneamente a lo largo del tiempo. Es evidente que la explosión cámbrica no tiene parangón en otro periodo de la vida de la Tierra. Tampoco por ejemplo los mamíferos siguieron una evolución homogénea a partir de los primeros ejemplares surgidos [ Nota 100 ] y parece ser ésta una pauta general en muchos grupos. Por otro lado las ya aludidas tendencias multidireccionales son también frecuentes, caso de la aparición de los seres pluricelulares, de los mamíferos o de los celomados [ Nota 101 ] por ejemplo. Las extinciones tampoco son regulares en el tiempo. Parece que, refiriéndonos a las extinciones masivas, siguieran ciclos cada 26-30 millones de años, si bien otras pequeñas extinciones no se ajustan a estos ciclos. En las sucesivas eras estirpes completas han dominado y luego se han extinguido. No sabemos bien por qué, trilobites, ammonites, nummulites, dinosaurios -tras periodos de éxito- han desaparecido.
No existe un desorden total ni en la aparición de los grupos biológicos, ni tampoco en la desaparición, lo que obliga a aceptar que hay un orden en tanto el desorden no es total. Por tanto no es descartable eliminar la posibilidad de que exista una planificación orgánica que impulse a la comunidad viva a cumplir con determinados ciclos biológicos. Por otro lado la única gran extinción de la que somos testigos directos, que se está produciendo actualmente como resultado de nuestra actividad como especie biológica, es plenamente constatable que no obedece a ninguna razón ajena a la comunidad orgánica terrestre.
A mi modo de ver que la vida llegara a otros lugares fuera de la Tierra es totalmente improbable si los únicos seres vivos fuesen microbios. Quizás la vida comenzó un largo periodo de maduración en la Tierra en fase de seres unicelulares, para posteriormente abordar un periodo programado orgánicamente con objeto de conseguir reproducirse. Los únicos seres vivos que podrían construir grandes estructuras para vencer a la fuerza de gravedad serían los pluricelulares, y además deberían estar dotados de partes duras con el objeto de aplicar mejor las fuerzas y componer mecánicas sólidas. Con el cámbrico y su big bang súbita y simultáneamente aparecen estos tipos biológicos necesarios.
Además, periódicamente el sistema biológico se agita, se producen grandes extinciones eliminando especies y llevando a la desaparición de los grupos predominantes en épocas anteriores. A su vez grupos biológicos encuentran huecos en el ecosistema gracias a la extinción de otros y comienzan un desarrollo que quizás lleve a la reproducción del sistema o quizás no.
Los ciclos de extinciones más o menos regulares a lo largo de la historia de la vida nos muestran una sorprendente naturaleza menstruante. Estas extinciones, hasta ahora difíciles de explicar pueden ser una clave orgánica importante puesto que manifiestan un orden parcialmente desordenado asociado a los mecanismos de la vida. ¿Estamos ante el ritmo biológico de un organismo?. Es cierto que podemos encontrar factores físicos asociados a las extinciones, pero los organismos vivos no están aislados y además son susceptibles a las condiciones físicas.
Similitudes entre la reproducción de la mujer y del sistema superior...
Estos hechos guardan una cierta similitud con la sexualidad femenina. Los ovocitos de primer orden surgen todos a la vez, como en el big bang cámbrico, mas tarde se transforman en ovocitos de segundo orden siendo los principales protagonistas del ciclo sexual en la ovulación, equivaldría al caso del predominio del grupo biológico en la era correspondiente, como los dinosaurios en la era secundaria o el hombre en la cuaternaria. De no cumplir con los objetivos del organismo, es decir caso de que en un plazo determinado el ovocito no emprenda el camino que llevará a reproducirse a la hembra, será eliminado junto con todas las estructuras anejas en la menstruación. Quizás la traducción a la naturaleza es: en caso de que el grupo dominante no sea capaz de llevar la vida a otro planeta será extinguido dejando el paso a otra ciclo reproductor en busca de una posible especie tecnológica que sea capaz de vencer la fuerza de la gravedad.
Cuando aparezca una especie tecnológica en alguno de los ciclos, que se encuentre en proceso de llevar la semilla del sistema a otros lugares fuera de este planeta condenado a muerte, la vida estará embarazada. No obstante no todos los embarazos llegan a buen término, ni todas las mujeres consiguen reproducirse.
El gráfico siguiente intenta comparar los procesos reproductivos del sistema superior y de la hembra humana. Como ya queda dicho, en ningún momento se pretende con la teoría sugerir la identidad de la hembra humana y del sistema superior, sino resaltar algunas similitudes que puedan permitirnos acercarnos a la naturaleza del segundo. En el gráfico se intenta explicar la vida, tanto de la mujer como del sistema superior, representada por una linea de trazo más grueso, sobre dos dimensiones que son variables de cambio, una de ellas en el eje x representa el cambio mitótico en la hembra, que continuamente reproduce sus células para que siga existiendo la vida y que por tanto es equiparable al cambio adaptativo existente en el interior del sistema superior. Desde esta perspectiva el cambio adaptativo sería una adecuación de los organismos para sobrevivir en el medio. En el eje y se representa el cambio meiótico, necesario para que además del propio cuerpo de la hembra pueda haber vida en otros cuerpos mediante la producción de óvulos. Sería equivalente en el sistema superior al cambio evolutivo, sin el cual podría haber vida durante un cierto tiempo en el interior del sistema [ Nota 102 ], pero nunca se generarían otros sistemas similares. En el gráfico se representan las pautas resaltadas en estos últimos párrafos.
ESQUEMA DE LA COMPARACIÓN ENTRE LA REPRODUCCIÓN FEMENINA Y LA DEL SISTEMA SUPERIOR.
Por tanto...
La vida en la Tierra está irremisiblemente condenada a muerte. Si alguna resultante es perceptible en la vida es la tendencia a perpetuarse como proceso dentro del Universo, aunque sólo lo podamos verificar en nuestro planeta. Cuando la Tierra quede destruida por el Sol -proceso normal y predecible- toda estirpe viva de la Tierra morirá. ¿Tiene recursos la vida para perpetuarse venciendo esta enorme dificultad que se otea en el horizonte planetario?.
Emitir una teoría implica admitir su indemostrabilidad, en todo caso podemos encontrar algunas coincidencias entre los datos que poseemos y las posibles consecuencias de los hechos supuestos. Desde una perspectiva matemática nos referiríamos al grado de ajuste entre los datos observados y los esperados a partir del modelo teórico.
Esencialmente la teoría que postulo asume que para comprender el funcionamiento de la naturaleza y del hombre, es necesario establecer la excistencia de un ser vivo de complejidad superior. Este ser o sistema superior ejercería una influencia sobre sus partes. Este tipo de influencias se ve en todos los organismos que en sí mismos son sistemas más sencillos. El funcionamiento de un sistema vendría explicado por la influencia de las partes sobre el todo, y del todo sobre las partes.
En mi opinión este sistema superior necesario para explicar la vida es la biocenosis terrestre, es decir la comunidad de seres vivos residente en la Tierra, que como sistema superior adquiriría propiedades insospechadas para los niveles inferiores, y que no están presentes en éstos. Pero por otro lado dicho sistema asumiría las propiedades esenciales de las partes, siendo éstas el metabolismo en cuanto propiedad que permite gestionar la energía del sistema y la reproducción en cuanto que garantiza la aparición de formas similares que sobrevivan a la degradación natural de la materia orgánica. La parte no viva de la Tierra no tendría posibilidad de reconstruirse en otro planeta, que por definición ya sería otro planeta.
Si los seres vivos formaran un sistema superior, deberíamos plantearnos seriamente que la influencia sobre las partes podría realizarse muy probablemente por mecanismos diferentes a los genes, quizá mediante campos morfogenéticos o mecanismos similares que pudieran descubrirse. La coincidencia de esta teoría con los campos morfogenéticos es que éstos explican influencias más allá de los genes y podrían constituir un tipo de red de información del sistema superior a sus partes. La evolución a la que estaría sometido el interior de éste sistema llevaría a una mayor complejidad, tal como sucede en el interior de un embrión, pero también a la extinción periódica de determinados grupos de especies.
En este sistema superior aparece un comportamiento tendente a la perpetuación mediante la reproducción, necesidad imperiosa e ineludible de los sistemas biológicos. Tal como sucede en los ovarios de una hembra humana los ovocitos de segundo orden o formas encargadas de intentar la reproducción del sistema surgen simultáneamente, en estado de ovocito de primer orden, y con mucha anterioridad a la misma reproducción. En comparación con la naturaleza sería el momento del big bang cámbrico en el que aparecen las grandes y "modernas" estirpes biológicas [ Nota 103 ].
Posteriormente en el sistema superior se producen extinciones masivas periódicas, de este modo se impide que el sistema quede invadido por especies o grupos de especies que no son adecuados para los intereses de perpetuación de la vida, a modo de como una mujer repite los períodos menstruales a lo largo de su vida fértil, con objeto de concebir en alguno de ellos, y eliminando el ovocito de segundo orden viejo no fecundado y las estructuras anejas, con objeto de evitar que los ovocitos que pierden viabilidad "taponen" el proceso reproductor e impidan que otras posibilidades reproductoras a cargo de ovocitos que vengan posteriormente hacia las trompas de Falopio y el útero sean viables. El sistema superior cumpliría con extinciones masivas que favorecerían la aparición de especies que se situarían en una dirección tendente a la reproducción del sistema.
Los seres vivos habrían y estarían manifestando una evolución espacial en su hábitat, surgiendo en las aguas donde no pueden ver el cielo ni las estrellas, colonizando los continentes, en los cuales pueden mirar hacia arriba y ver el Universo, volando y más adelante saliendo al espacio interplanetario a la búsqueda de nuevos horizontes en otros planetas situados no se sabe dónde.
¿Por qué han colonizado los continentes?. ¿Por qué se alcanzó el estado pluricelular?, la vida hubiera seguido ahí a pesar de no colonizarlos o de continuar siendo unicelulares todos los seres vivos . Si respondemos que fue por alguna causa [ Nota 104 ] esa misma causa puede empujar a la vida, no solamente a colonizar continentes sino también otros planetas.
Ante nosotros el comportamiento del sistema mostraría un componente de azar, que en ningún caso impediría la manifestación de una direcciónalidad -el progresivo y mayor grado de complejidad-, un sentido -la supervivencia del sistema- y un fin -encontrar otro lugar donde seguir viviendo-.
Dentro del sistema habría un finalismo, una tendencia a un fin, del mismo modo que un organismo crece hasta alcanzar el estado adulto que por definición es el estado en el que puede reproducirse. El fin del organismo es vivir y reproducirse, el del sistema superior sería el mismo. Sin embargo la existencia del fin no implica que el sistema se conduzca con un orden férreo, sino que en la base del funcionamiento se produciría un desorden, una cierta indeterminación, cuya resultante fuera el orden y la vida del sistema superior.
Si en el interior del macroorganismo existieran tendencias, no sería dificil que estas se manifestaran al modificar las condiciones del sistema, del mismo modo que cuando estuvieramos delante de un grupo de individuos proclives a la violencia sería sencillo provocarlos sucesivamente hasta que exteriorizaran los actos de agresividad.
El fin sería que un sistema, formado a su vez por un conjunto de sistemas de categoría inferior, pudiera generar una estructura que siguiendo las leyes universales fuera capaz de llegar a otro lugar extraterrestre donde la vida se perpetuara. Para ello se necesitaría una especie tecnológica que sin poder llegar a la comprensión del Universo, ni del sistema superior desarrollara una conducta de tipo involuntario que le llevara a construir artefactos, valiéndose de unas manos para dar forma y de un cerebro racional para encontrar soluciones válidas sobre todo a problemas mecánicos, con los que llevar la vida a otros lugares del Universo. El hombre condicionado por el sistema superior a una dinámica de competitividad y de guerra, de desarrollo tecnológico, con fácil acceso al fuego y otras fuentes de energía, mostraría un comportamiento que insospechadamente para él, conduciría a la memoria holográfica y a los genes del sistema superior a otros lugares del Universo. Cualquier ser vivo desde una simple bacteria poseería una memoria holográfica y genética sobre los caracteres del sistema superior y éste intentaría ser reconstruido [ Nota 105 ] en el lugar de destino, siendo o no posible.
No es imposible concebir un organismo poseedor de un comportamiento interno basado en la conflictividad entre sus partes. De hecho Minsky, padre fundador de la inteligencia artificial opina que la mente es una "sociedad" de elementos que se complementan y compiten entre sí. Para este autor se puede construir una mente a partir de muchas partes pequeñas, cada una de las cuales no tiene ningún sentido en sí misma. Los seres vivos de la Tierra dan también la sensación de no tener sentido en si mismos, pero sus relaciones les permiten la supervivencia, y en un ser vivo ni siquiera hay sentidos sin vida.
Desde que apareció la vida en la Tierra, presumiblemente en un ambiente con acusada carencia de oxígeno, se ha producido un desequilibrio en la actividad metabólica de las formas vivas, de tal modo que la atmósfera ha ido aumentando progresivamente su concentración de oxígeno. Este ambiente cada vez más rico en dicho gas se ha correlacionado con la cada vez mayor complejidad de las estructuras biológicas que iban surgiendo progresivamente gracias a la evolución. De tal modo las primeras medusas surgirían cuando la concentración de oxígeno llegó al 1,5%, y el cerebro humano cuando llegó al porcentaje actual del 21%. Este argumento establece un paralelismo entre la evolución y la energía a disposición de las especies que la evolución va generando. En esta línea podríamos fijarnos en otra clave igual de interesante. Evidentemente la vida podría existir en un ambiente anaerobio, incluso como ya se ha dicho para sobrevivir en un ambiente aerobio dada la extraordinaria agresividad de un gas corrosivo como es el oxígeno, las células deben protegerse químicamente a base de diversos enzimas como la catalasa y la peroxidasa etc. El oxígeno es esencialmente un destructor de enlaces químicos preexistentes, con cada enlace destruido una cantidad de energía queda liberada. El fuego es una oxidación brusca, y ningún combustible puede arder sin oxígeno. Para obtener energía abundante con la que no sólo vivir sino poder vencer a otra fuente de energía como es la masa terrestre productora de la fuerza gravitatoria que atrapa a la vida en la Tierra, es necesario un rompedor violento de enlaces químicos, que se encuentre abundante y fácilmente al alcance de cualquier especie que pueda utilizarlo en una tecnología adecuada para solucionar el problema de la supervivencia del sistema superior. El oxígeno puede haber sido vertido a la atmosfera, además de para permitir la generación de especies tecnológicas, también para favorecer el uso de la tecnología. ¿Podría escaparse la vida de la atmosfera terrestre sin oxígeno libre y abundante?. Probablemente no.
Es impensable sembrar un planeta con una sola especie, a no ser que fuera un microbio que sufriera pronto mutaciones diversificándose rápidamente en nuevos tipos que adquirieran funciones diferentes con objeto de extraer los recursos de la zona poblada de la manera más eficaz. La otra posibilidad sería resucitar el mito del Arca de Noé, en la que muchas especies pluricelulares y unicelulares fueran arrastradas en una nave enorme. Sabemos, por ejemplo, que hay bacterias que pueden sobrevivir a temperaturas que oscilen sobre -100ºC y otras bacterias termófilas que viven en temperaturas superiores a 200ºC. En principio ambas formas de reproducción, macroscópica y microscópica, pueden ser posibles en el futuro; sin embargo, la primera puede ser más factible, puesto que los seres cuanto más evolucionados tienen menos capacidad de adaptación y supervivencia. Los seres superiores del Arca de Noé, verduras, caballos, etc, sólo sobrevivirían en ecosistemas idénticos al nuestro, sin embargo los unicelulares desencadenarían estrategias más versátiles y tolerarían condiciones más adversas. Quizá serviría de poco enviar seres pluricelulares [ Nota 106 ] en naves, incluso la presencia del hombre pudiera ser que como animal inteligente que es, solamente hiciera que producir problemas añadidos a los que sin su presencia se generarían. Ilustra esta última idea el resultado del proyecto Biosfera 2, una instalación que intentaba emular en la Tierra a un tipo de base autosuficiente que pudiera instalarse para colonizar otro planeta. Ensayaba producir sus propios vegetales y en general el conjunto de recursos vitales necesarios para vivir en su interior. El experimento fracasó por problemas personales entre sus componentes [ Nota 107 ] y tuvo que ser repetido posteriormente.
El hombre es capaz de intuir el proyecto del sistema superior, aunque no tiene acceso racional a él. Su necesidad de trascendentalizar su existencia vendría condicionada por un sentimiento interno de tipo intuitivo causado por la existencia del sistema superior.
La inteligencia no sería una herramienta positiva para el conjunto de seres vivos, salvo en el sentido de servir para crear la tecnología adecuada para la supervivencia del sistema superior, que es la única posibilidad de supervivencia de la vida una vez el Sol se destruya. La inteligencia no sería más que un instrumento al servicio del hombre, y éste estaría al servicio del conjunto de seres vivos, de la vida y del sistema superior. En ausencia de un fin concreto la inteligencia no es más que una herramienta generadora de problemas añadidos. Si con la inteligencia tuviéramos acceso al dominio del sistema superior situaríamos a éste en un grave peligro al caer en manos de una función inadecuada para él, y propia de un sistema inferior.
Sin embargo la inteligencia es idónea para establecer un plan, que esencialmente parte de un principio y debe llegar a un fín. Una ruta larga es perfectamente asumible por la inteligencia humana, a pesar de que ésta no sirva para explicar el Universo.
En la fase en la que la especie tecnológica comenzara a generar estructuras, el sistema superior estaría sometido a procesos agresivos contra sí mismo; del mismo modo que lo está una mujer embarazada. La contaminación se incrementaría, al igual que la velocidad de extinción de las especies.
Más adelante el sistema superior moriría bien por final de su ciclo biológico, o bien por la destrucción de la Tierra por el Sol, y más tarde en algún otro lugar, que no tiene porqué ser igual a la Tierra, sino algún sitio en el que la materia pueda adquirir metabolismo y reproducción, podría germinar una semilla de vida. Mucho más tarde, tras ocurrir otra explosión cámbrica, y mediante periódicas extinciones "menstruales" aparecería uno o más organismos tecnológicos que permitirían escapar a la vida del nuevo planeta.
Existe la posibilidad de que el proceso de reproducción y colonización de otros mundos por el sistema superior haya sucedido con anterioridad en este o en otro planeta, y que independientemente de que el hombre tenga éxito en el proyecto tecnológico y reproductor actual este sistema superior terrestre vuelva a entrar en otro ciclo reproductor posterior. Probablemente la especie humana cuando complete su ciclo vital se extinguirá para dejar paso a otra fase reproductora.
Dentro de esta perspectiva el hombre debería introducir un factor de moderación en su agresión a la naturaleza. Debemos procurar que en el tiempo de maduración del hombre, hasta que sea capaz de construir estas estructuras interplanetarias dónde llevar gérmenes o a él mismo junto a otras especies, la naturaleza no quede tan envenenada como para que la misma especie humana deje de ser viable y se extinga, abortando el actual proyecto de reproducción del sistema superior.
Recopilando:
A riesgo de no citar aspectos importantes quizá sea el momento de sintetizar:
La teoría de la vida Embarazada asume:
1.- El principio holístico como principio autocreador, inherente a la naturaleza, que tiende hacia mayores niveles de organización, complejidad e integración. La relación existente entre las partes es más importante que las partes mismas. La suma de las partes es igual a las partes y algo más.
2.- La existencia de la adaptación [ Nota 108 ], aunque no concibe que la adaptación explique la evolución [ Nota 109 ].
3.- La persecución de un fin cual es la supervivencia de la estirpe del macroorganismo terrestre, llevando semillas vivas a otros lugares extraterrestres.
4.- La existencia de un mecanismo lo suficientemente ordenado como para permitir el fin.
El mecanismo:
El mecanismo que puede llevar a los gérmenes de la vida a otros escenarios extraterrestres consistiría en:
1.- Dentro del macroorganismo existirían tendencias. Una de ellas sería la inclinación hacia la producción de especies tecnológicas fabricantes de artefactos con los que se pudiera vencer a la fuerza de gravedad.
2.- Un comportamiento general a todos los niveles a cooperar y competir entre las distintas especies tanto dentro de ellas como entre ellas. La competencia obligaría a buscar nuevas soluciones mientras que la cooperación las potenciaría extraordinariamente.
3.- El azar influiría en el mecanismo actuando como un factor desestabilizador que permitiría la manifestación de tendencias al actuar a todos los niveles y obligando al macroorganismo a buscar nuevas soluciones.
4.- La extinción de grupos de organismos dominadores de los ecosistemas en otros tiempos, trilobites, dinosaurios, etc., permite que estos grupos liberen hábitats en donde nuevas estirpes intenten conseguir especies tecnológicas que permitan la supervivencia. Las grandes extinciones manifestadas cíclicamente, cada 26-30 millones de años [ Nota 110 ], mostrarían una pauta orgánica propia de un macroorganismo, una naturaleza menstruante a la búsqueda de la reproducción.
5.- La búsqueda de la supervivencia mediante la reproducción implicaría autoagresión, del mismo modo que una mujer sufre posibles descalcificaciones, procesos varicosos, deformaciones, etc. durante el embarazo. Así se podría explicar en el macroorganismo el aumento de la contaminación y las tasas actuales de extinción de especies frente a la especie tecnológica humana. De este modo las posturas ecológicas, al igual que las médicas, deberían encaminarse no ya a impedir el embarazo, sino a favorecer a la madre para que pueda llevarlo a cabo autoagrediéndose lo menos posible.
El siguiente cuadro recopila algunos paralelismos entre la reproducción de la hembra humana y el macroorganismo. HEMBRA MACROORGANISMO OVOCITOS DE 1ER ORDEN APARECEN SIMULTÁNEAMENTE MUCHO ANTES DE LA REPRODUCCIÓN DE LA HEMBRA. BIG BANG CÁMBRICO APARECEN SIMULTÁNEAMENTE
LAS MODERNAS ESTIRPES ANIMALES
(EMBRIOLÓGICAMENTE TRIBLÁSTICOS) ACTIVACIÓN DE UNOS OVOCITOS Y LATENCIA DE OTROS. PREDOMINIO DE UNOS GRUPOS BIOLÓGICOS Y LATENCIA DE OTROS.
(CASO REPTILES MAMÍFEROS) CICLOS (MENSTRUACIÓN) CICLOS EXTINCIONES MASIVAS 26-30 M.D.A PREDOMINIO DE ESTIRPES. MITOSIS (MANTENIMIENTO DEL SER PLURICELULAR)
MEIOSIS (CREACIÓN DE OTRO SER PLURICELULAR) ADAPTACIÓN (MANTENIMIENTO DEL MACROORGANISMO)
EVOLUCIÓN (CREACIÓN DE OTRO MACROORGANISMO) EMBARAZO (PROCESO REPRODUCTOR QUE IMPLICA AUTOAGRESIÓN Y QUE MEDICAMENTE SE TRATA EN LO POSIBLE CON MEDIDAS TERAPEUTICAS PARA COMPENSAR EL DESGASTE DE LA MADRE). REPRODUCCIÓN MEDIANTE ESPECIE TECNOLÓGICA QUE VENZA LA GRAVEDAD Y QUE IMPLICA AUTOAGRESIÓN. DEBE TRATARSE EN LO POSIBLE CON MEDIDAS TERAPEUTICAS PARA COMPENSAR EL DESGASTE DEL MACROORGANISMO
DESARROLLO SOSTENIBLE.