<Martín Visca>
Comparto la definición de felicidad que da en su artículo, tal como la expresa. Los aprendizajes satisfactorios que causan la felicidad no se limitan únicamente a experiencias racionales. Supongo que toda experiencia es a la vez racional y emocional; y en que las experiencias emocionales también pueden ser aprendidas y causar felicidad. Tal vez, en la mayoría de los casos, sean las experiencias emocionales las que producen sentimientos de felicidad más memorables.
<Guillermo Agudelo Murguía>
De acuerdo, me parece que está usted suponiendo correctamente.
<M. V.>
El otro aspecto interesante es que la felicidad no se manifiesta sin la infelicidad. Se trata de un proceso dinámico... la vida, como la llama usted.
<G. A.>
Cuando en el artículo me refiero a la vida como un sistema dinámico no lineal, es porque considero que en la vida como en estos sistemas, pequeñas causas pueden dar lugar a grandes efectos, y una causa puede dar lugar a diferentes efectos.
<M. V.>
Entonces, podemos distinguir un ciclo de más largo aliento que los ciclos diarios, semanales, mensuales... en los que tiene lugar la dicotomía felicidad-infelicidad; es el ciclo de una vida, que se compone de una sucesión de ciclos cortos y en su totalidad es feliz o infeliz.
<G. A.>
Efectivamente, de acuerdo con el Caos, los estados de felicidad siempre están en mayor o en menor medida interrumpidos por estados de infelicidad, ya que los procesos de los sistemas que evolucionan sólo se dan cuando el equilibrio se rompe. La felicidad permanente significa estancamiento, lo que en el ser humano representa serios trastornos mentales, como incapacidad para aprender y abordar problemas emergentes y, en general, todo tipo de procesos entrópicos.
En última instancia, la felicidad permanente requeriría del conocimiento total y dominio absoluto de todas las leyes de la naturaleza y esto sólo podría darse en un utópico paraíso. La felicidad existe porque existe la infelicidad, pero es más, ésta no es una dicotomía, se puede hablar de mayor o menor felicidad o infelicidad, e inclusive de estados en los que no existe ni la una ni la otra.
<M. V.>
Para diferenciar los dos tipos de ciclos, de corto alcance, donde alternan la felicidad y infelicidad, y el largo alcance, donde la síntesis de todos los aprendizajes previos resulta en una felicidad o infelicidad más duradera, que subyace a las nuevas experiencias y aprendizajes que realice el futuro el individuo, propongo usemos los términos felicidad e infelicidad como adjetivos de vida en el segundo caso.
Una vida feliz requiere la capacidad de asimilar la frustración de un aprendizaje insatisfactorio en el corto plazo, lo que puede darse principalmente, pero no únicamente, al incorporar la frustración como reafirmación de la tesis de que el ciclo de una la vida se compone de múltiples ciclos cortos en los que alternan la satisfacción y la frustración.
O al revés, una vida infeliz requiere la incapacidad de asimilar las experiencias frustrantes, ya sea deseando o pensando que la vida es continuamente satisfactoria, o continuamente insatisfactoria. Ante esta rigidez, una única frustración puede ser suficiente para causar una infelicidad duradera y subyacente a nuevas experiencias.
<G. A.>
De acuerdo, este es un punto muy importante, porque hace ver que la felicidad es un continuo, desde una infelicidad total, que no existe, hasta una felicidad absoluta, imposible de alcanzar, por lo que la vida tiene siempre un componente felicidad-infelicidad.
<M. V.>
Hay una diferencia entonces entre felicidad como consecuencia del un aprendizaje, y la felicidad como adjetivo de vida (vida feliz), lo que es una actitud mental, que también se comporta como un sistema dinámico no lineal, con la que se asimilan satisfactoriamente tanto aprendizajes satisfactorios como frustrantes. Es un mecanismo paradójico que requiere una intervención conciente del individuo en su actitud mental, en su predisposición a aprender o en su estado de ánimo. Por lo tanto, llevar una vida feliz es una elección en principio y un proceso de reformulación de las propias creencias después.
<G. A.>
Y una vida infeliz sería entonces aquella en que predomina la infelicidad aún cuando existan lapsos de felicidad pero, también paradójicamente, permiten un aprendizaje satisfactorio. Se obtiene algo positivo de lo negativo.
<M. V.>
Creo que este último satisfactorio es "frustrante" o "insatisfactorio". Positivo y negativo están en orden inverso, por estar hablando de vida infeliz.
En ese caso, el individuo no es consciente de su predisposición negativa hacia el aprendizaje, y de las consecuencias de ésta, o conscientemente elige una vida infeliz, lo que es menos probable. Por último, la aceptación, el perdón y la compasión son sentimientos que modifican positivamente la disposición del individuo a llevar una vida feliz. Igualmente la ira, el miedo y el celo, modifican negativamente la disposición respecto al aprendizaje de cualquier experiencia. ¡La vida es una cuestión de elecciones!