El inexorable desgaste de la juventud es un hecho cuyo conocimiento rehuye el criterio de la mente adormecida. Para su despertar, la transmisión visual tal vez haga aquello para lo que la palabra escrita ha demostrado ser casi impotente.
Tras muertos, es casi seguro que sabremos en que invertir los años pasados. Esto es un regalo: una invitación a perder el pánico a la desesperación del "me equivoqué", ya que basta con intentarlo al menos una vez. Una sóla. Eso sí, con una condición: debe ser ahora.
(Introducción en texto por Manuel de la Herrán)
WebArt creado por David Navarro, inspirado en el cuadro de Hans Balbung Grien Las edades de la muerte.