Por suerte, cada vez son menos los profesores universitarios convencidos de que su tarea consiste en "enseñar", sin más, los contenidos de su materia. Y es que, a la tarea de enseñar, en sentido estricto, es preciso añadir una función orientadora, nuclear, para que su quehacer pueda considerarse propiamente formativo.
Este texto, destinado a estudiantes y profesores universitarios, propone unos desarrollos centrados en aspectos que pueden ser útiles para el ejercicio de la orientación educativa, como una tarea compartida realizable en el marco de las tutorías o en las clases ordinarias.
De carácter marcadamente práctico, despliega sus contenidos básicos en tres bloques:
I Fundamentación, donde se aborda: "Cómo estructurar la motivación por el estudio", "Cómo concentrarse mejor durante el estudio", "Cómo reducir el olvido de lo estudiado", "Cómo acondicionar el lugar de estudio", "Cómo dominar un texto sin esfuerzo", "Cómo mejorar nuestra organización", "Cómo preparar y realizar exámenes" y "Cómo nutrirse para rendir al máximo".
II Producción, que se ocupa de temas que van más allá del estudio reproductivo o tradicional, como: "Cómo equilibrar nuestros hemisferios cerebrales", "Cómo leer y escribir productivamente", "Cómo diseñar y desarrollar trabajos escritos", "Cómo presentar citas y referencias bibliográficas", "Cómo promover la creatividad", "Cómo componer trabajos creativos" y "Cómo cultivar la genialidad".
III Interiorización, donde se relaciona el estudio con la posible evolución personal, (¡una cuestión de la que casi ni se habla!), mediante: "Cómo analizar y acceder al autoconocimiento" y "Cómo ser más desde el estudio".
Desde el desarrollo de sus contenidos, se adivina que "Cómo estudiar en la Universidad" es un texto de gran utilidad para los profesionales (docentes y estudiantes) directa o indirectamente relacionados con la universidad:
-Docentes universitarios, puesto que ofrece numerosas referencias para enriquecer los proyectos docentes y facilitar su trabajo a los alumnos, bien en el marco de las clases ordinarias y/o de las tutorías.
-Estudiantes universitarios, porque les puede ayudar a rentabilizar su esfuerzo intelectual, a investigar sobre su práctica y a madurar como personas.
-Adultos que acceden a la universidad, porque presenta multitud de sugerencias prácticas que facilitarán la reconstrucción de excelentes hábitos de estudio.
-Orientadores, profesores y estudiantes de bachillerato, ya que cubre un conjunto fundamental de objetivos y contenidos de orientación universitaria.
-Estudiosos e investigadores, en general, puesto que podría enriquecer su actividad y su conocimiento, en tanto que amantes de la indagación y la cultura (cultivo).