Como señalamos con anterioridad el David de Miguel Ángel ha sido clasificado y categorizado en tanto representación apolínea [ Nota 16 ] o herculea [ Nota 17 ] por diversos estudiosos de la obra en cuestión. Este doble discurso puede resultar trágico si no se establece de partida. Este doble discurso nos restableció en la problemática actual de la reelaboración de arquetipos tanto femeninos como masculinos y colateralmente los de disciplinas y profesiones.
A esa realidad griega pitagórica, reconstruida a lo largo de siglos y forjadora de muchos arquetipos de la civilización occidental me he referido ya en otras ocasiones [ Nota 18 ]. En este punto podríamos enfatizar los atributos visibles en la obra que la han determinado como: Apolínea, esto es, sus características visuales como imagen de prodigalidad, fuerza y amor, los atributos que la han caracterizado como herculea, esto es fuerza física, sacrificio y responsabilidad y donde siguiendo a Platón haría falta considerar el componente dionisíaco para tener integrada la imagen a nivel de la esfera volutiva personal. En este sentido el David de Miguel Angel ha podido ser interpretado en tanto arquetipo masculino casi acabado.
Sutil es el margen que separa a una imagen y al símbolo. Ese margen tan estrecho hoy puede llevarnos a una relectura del David en la cual después de establecerse como representación visual de un arquetipo masculino, debe serle reintegrada su esencia reintegrándose a la imagen exactamente en aquello que representa. Ni Hércules, ni Apolo, ni Dionisio, solamente David.
Recuperando la experiencia en clase, se presentan las cuatro fotografías que sirvieron para el inicio de esta reflexión y que nos llevaron a los siguientes cuestionamientos:
En una primera mirada a la escultura se pueden observar en ella las características anatómicas resultantes de una actividad física. El artista aprovecha su dominio de una técnica y subraya aquellos gestos que debería, según él, permitirnos una correcta lectura de la obra. El señalamiento de la honda en la espalda, el desarrollo muscular particular de una cierta actividad, las manos como medio de ejecución, el cabello en un acto de libertad y muchos otros detalles que nos platican si paramos a escuchar.
El interés renacentista por el cuerpo humano salta a la vista en el estudio de la musculatura, como se debieron parecer, en algunos aspectos, los ojos del renacimiento a los ojos de nuestra época en donde los atributos físicos han llegado incluso a mercantilizarse. Sin embargo, al mismo tiempo que se hace el reconocimiento a la belleza corporal una segunda ojeada nos permite empezar a visualizar en otra dimensión a la obra. A partir de gestos físicos específicos la obra se desarrolla en armonía alrededor de su eje de simetría. La tensión y distensión corporal de la obra permiten integrar y determinar esa terribilita propia del arte de Miguel Ángel que en innumerables ocasiones ha servido para caracterizarlo. En esta terribilita se recupera el binomio original del ser humano, el día y la noche, el sí y el no, el yin y el yan , la tensión y la distensión, la guerra y la paz, y que puede ser resuelto en la sutil diferencia de escoger entre el signo de la suma o de la multiplicación.
1 + 1 = 2
1 x 1 = 1
Forma curiosa y demás nuevamente simple para caracterizar la unidad de la obra.
Una vez acabada la reflexión anterior el siguiente planteamiento fue sumamente complejo para quien esto escribe y resuelto de manera tan sencilla, que con ello se validaron nuestros esfuerzos. Si la obra se nos presenta como una unidad temática, ¿en qué punto físico se resuelve esa aparente contradicción?, ¿Cómo es que nuestros ojos ven a la imagen y perciben esa resolución?
He de confesar que teniendo el origen una formación en el área de las ciencias sociales me fue difícil acceder a los niveles de abstracción que siguieron en esta reflexión. Sí esto se dio fue porque pude hacer uso de aquella capacidad de memoria que se establece como eidética, significando con ello únicamente, a la habilidad asociativa de vincular objetos de distinta naturaleza a través de representaciones visuales mentales [ Nota 19 ] de manera analógica y poder introducirme no sin cierto temor, a las matemáticas y la geometría descubriendo así, la fascinación que para unos entrañan. Aquí habrá que agradecerce a la ciencia cognitiva sus esfuerzos por validar la integración de nuevos campos del saber a partir de fenómenos concretos y que promueven incluso especializaciones transdisciplinarias e interdisciplinarias como la inteligencia artificial o menos difundida aún, la ergonomía computacional.
Disponiendo de cuatro vistas del David de Miguel Angel ¿qué vista requeriamos aún para encontrar esa resolución del binomio corporal? ¿De todas las posibilidades cuales eran fundamentales?
De manera gráfica esta reflexión queda sintetizada de la siguiente manera, nos faltaba las vistas: por arriba y por debajo.
Curiosa manera de llegar al centrum y buscar así encontrar la esencia del David. Compleja la forma de llegar a la esquematización de la imagen. [ Nota 20 ]
Un punto con dos alternativas, dos alternativas que se resuelven en un punto, tres líneas que se resuelven en un punto
Es en este nivel de la reflexión donde hemos de hacer un punto en ella ya que se manifiesta como nodo primario en un sistema de interpretación que vincula tanto a elementos tangibles (lo que se ve) como elementos intangibles (lo que no se ve), pero que se asumen sin cuestionamiento en la contemplación estética al integrarse la esfera emocional de los individuos a la actividad racional y sistematizada del ser humano. Estábamos llegando así al nivel perceptual de la imagen.
Aquí habría que recordar aquellos ejercicios que desarrollados por la Gestalt nos demuestran que a partir de dos imágenes cualitativamente diferentes, en una imagen sintética, cada uno percibe una imagen diferente a partir de la imagen inicial con la que estuvo en contacto. Lo anterior que en ocasiones puede parecernos simple en una mera verbalización, se nos manifiesta mucho más complejo al aceptar como individuos, deseosos de un conocimiento objetivo, que en muchas ocasiones sólo podemos ver a partir de lo que hemos conocido previamente.
Aquí un simple pasear en ese mundo de los números , imbricado y desconocido para quien esto escribe puede quizás contribuir a hacer más claro el ejercicio.
¿Que es?
Las posibles respuestas serían entre otras:
Una vertical y un círculo, un uno y un cero, un diez e incluso también podríamos decir que en determinada base númerica
b = 2d
Esta aceptación nos plantea al nivel de individuos con capacidad cognoscente el reconocimiento de nuestra determinación histórica. Aquí, quien mejor que Ortega y Gasset para sintetizar en su máxima: yo soy yo y mis circunstancias toda una problemática individual. Aquí, cuanto nos ilumina esa ya conseja popular para la que nada es verdad ni es mentira solo depende del color del cristal con que se mira. Aquí, valdría cuestionarse en aras de la objetividad que tanto, nuestra formación académica, determinará nuestra percepción de las cosas, que objetividad se puede alcanzar a partir de un no reconocimiento del hecho que solo somos capaces de ver y escuchar lo que hemos aprendido a ver y escuchar limitándonos con ello en nuestros mismos avances cognitivos. [ Nota 21 ]
En este punto pudimos vincular nuestras reflexiones sobre los arquetipos implícitos en el David, el centrum físico de la obra, la esencia de la misma y el cómo los distintos intereses personales pueden muchas veces encontrarse en el reconocimiento de un pensamiento, una acción o una obra.
Reconocimos un punto y fijando nuestra vista en él lo empezamos a sentir.
La riqueza de la contemplación de ese punto, puede incluso permitirnos a acercarnos a un Einstein en la formulación de su teoría y puede también aproximarnos a esos microcosmos que van resultando nuestros genes. Quizá a las matemáticas como al arte también habría que sentirlas.
Viendo una y otra vez al David, la pregunta resultante de nuestra observación fue: ¿y qué está haciendo? La respuesta fue igual de simple, "enfrentándose al gigante Goliat" (sic). ¿Y quién era ese gigante? , ¿Por qué se enfrentaron?, fueron preguntas que pasaron a un segundo plano, la atención se centró en el siguiente cuestionamiento: ¿Y de que tamaño era el gigante Goliat?. Esa fue la pregunta que se nos interpuso. Aquí si, la imaginación personal hizo gala de un despliegue tal que no puede ser más que vivenciada. Cuando uno hace esta pregunta en varios entornos, las respuestas son altamente ilustrativas. En ese momento de la reflexión se recuperó aquel apotema que establece que: el pez grande se come al chico y se resolvió permitiéndole al pez chico conocer la sentencia y ponerse atrás. Equiparamos al pez chico con el David y les dimos a aquellos objetos que estudiabamos la posibilidad de inteligir. Cada cual estableció un discurso diferente en función de una idea personal del evento hasta que alguien, quedamente y sin mucho interés protagonístico, dijo: está calculando una parábola. Para quien aún sigue buscando la comprensión del binomio de Newton esa respuesta fue por demás sorprendente. Si introducimos aquí la demostración de los esfuerzos sobre la estimación del tamaño de Goliat es porque mucho pudimos aprender de ella y si a alguien le sirve, pues aquí se tiene: [ Nota 22 ]
Nuevamente caímos en el problema de los lenguajes claros y simples. Los problemas de comunicación entre áreas del saber diferenciadas y cualitativamente distintas. Llegamos a los homónimos, sinónimos y antónimos sin darnos cuenta.
Simultáneamente encontramos que una parábola es una enseñanza presentada de manera alegórica dentro de libros de carácter religioso, al mismo tiempo que es una cónica plana. Adentrarnos en las definiciones matemáticas nos permitió incrementar el asombro en algo tan simple y vasto como es el trabajo social acumulado como especie y del que ahora disfrutamos. En 20 años de estudios escolarizados pretendemos recuperar todo el avance del conocimiento humano.
Fig. Elipse, Parábola e Hipérbola
Llegar a esa definición de la parábola como cónica plana, nos permitió maravillarnos con las capacidades del ser humano, el cual es capaz de construir en abstracto o con la imaginación, por decirlo simplemente, primero un cono, luego una generatriz, posteriormente hacer un corte en paralelo a ella y establecer así una curva cuyos puntos mantienen la misma distancia a un punto fijo llamado foco y a la recta llamada directriz [ Nota 23 ].
Amable lector: si como yo tienes problemas para el siguiente lenguaje no desesperes, quisiéramos hacerte participe de todo lo que en él encontramos, por decirlo simplemente: para nosotros dejaron de ser herméticas las matemática y sólo resultaron hermenéuticas.
La explicación inicial decía:
Cuerpo lanzado en una dirección inclinada.
Cuando el cuerpo es lanzado oblicuamente con una inclinación igual el movimiento efectivo puede ser considerado de otros dos:
1. El uniforme de velocidad Vo según la dirección OR del impulso.
2. El vertical de caída, la trayectoria es también una parábola.
Aplicaciones: cuando se tira al blanco se debe apuntar ligeramente alto. Si la bala parte con la velocidad Vo = 400m/seg y el blanco se halla a 40 m del tirador, la bala tardará 1/10 seg. en alcanzarlo. En este tiempo se experimenta una caída y =1/2 g x 1/100 = 5 cm y por lo tanto se deberá apuntar 5 cm más arriba.
X = (Vo cos a) t
Y= ( Vo sen a ) t-1/2gt2
Y =X tan a - gx / 2Vo cos2a = ax +bx2
que es la ecuación de una parábola en que los coeficientes a y b son funciones de Vo y a en donde:
Alcance 0 01 = Vo2 x 2 sen a x cos a / g = 2 x sen2 a / g
En la reflexión nuestro objetivo era encontrar aquel gesto que en la imagen podía llevarnos a validar que efectivamente Miguel Angel representó al David en el momento de calcular una parábola. Así para interpretar al David de Miguel Angel requerimos no solo la presencia del sujeto David sino también la construcción de aquel gigante situado muchas veces a nivel del imaginario colectivo y que ciertamente era de la misma estatura que David. Este ejercicio nos sirvió para buscar una sexta vista del David.
Así llegamos a la mirada. Una mirada que las mas de las veces esta demasiado alejada en nuestra percepción, pero que se intuye a partir del todo de la escultura. Una mirada que nos recuerda aquel dicho ya popular en el que se dice que los ojos son el espejo del alma.
Cuantos objetivos se establecen y se cumplen y no por ello no han tenido el reconocimiento posterior al evento. Cuanta verdad esta comprendida en aquel enunciado leído por azar y que nos dice que para ver el bosque hay que salir de él. Para ver al David de Miguel Angel hay que recuperarlo en su momento y en su dimensión. Se dice fácil: Miguel Angel represento a David en el momento de calcular el tiro sobre el Goliat que no era tan grande, pero que tenía un reconocimiento como luchador que no tenía David, hombre de paz.
Hay que ver al joven pastor que plasmo Miguel Angel en la escultura y que se atrevió a enfrentarse a Goliat. Lo hizo porque tenia confianza en su dominio de una técnica, creía en un proyecto trascendente e inteligía todas las variables inherentes a un tiro parabólico. Con todo ello fue capaz de considerarse un punto, con ángulo de visión, con capacidad para establecer la relación entre el peso de una piedra, una distancia, una altura, una fuerza de gravedad aún no enunciada y calculada en su valor por Newton en 1/2gt y desarrollar una función trigonométrica aún antes de su definición.
Ya finalizando el curso, esa vista de la mirada de David resultaba altamente aleccionadora. Las preguntas finales de nosotros ya no serían: ¿De que tamaño era el gigante Goliat?, sino básicamente ¿En donde encontró David la energía para vencerlo? y sobretodo ¿Como se atrevió a ello?. Fue al reconocimiento de la respuesta de David, por lo que su pueblo lo eligió como soberano, a lo que Miguel Angel edifico una representación simbólica y a lo que nosotros dedicamos estas reflexiones. La energía para vencer a Goliat estaba en David mismo. Es quizás por esa razón que unas fotografías se manifestaron como trascendentes para nosotros como grupo, al inicio de un milenio y de regreso a clases.
[15] En este punto se introducen las ideas extraidas de las siguientes lecturas y se abrevian en el texto por no corresponder a su intención original. Umberto Eco, Los límites de la interpretacion , Josef Perner, Comprender la mente representacional, e Historia y Psicoanális de Michel de Certeau [ Volver ]
[16] Kenneth Clark, Le Nu [ Volver ]
[17] Vid. Joan Pijoan en Historia del Arte, Editorial Salvat. T. VI, p .228. [ Volver ]
[18] Vid Olga Mucharraz, Construyendo el mañana con los ladrillos de ayer, en Moderna Madurez, No.3 [ Volver ]
[19] Arheim, El pensamiento visual, ed Paidos. Estética No. 7 p. 114 y sig. [ Volver ]
[20] Hay que resaltar aquí los estudios que para la comprensión de la obra artística en cuanto producto cognitivo han realizado autores como Ernest Gombrich y Arnold Arheim entre otros. [ Volver ]
[21] Aún recuerdo el impacto que la lectura de autores como Khun o Baschelard hicieron en quien esto escribe al fundamentar la necesidad de nuevos paradigmas de pensamiento para permitirnos en términos de comunidad intelectual avances significativos. [ Volver ]
[22] Cabe aquí una mención especial al Mtro. Rafael Ochoa, Maestro de Optica y Acústica de la Facultad de Ingeniería por ayudarnos hasta lo imposible a descifrar el tamaño del gigante Goliat. [ Volver ]
[23] Tomado de Diccionarios Rioduero, Matemática, Ediciones Rioduero, 1971 p. 51 [ Volver ]