ISSN: 1579-0223
 
MASmóvil: El mayor ahorro en móvil, el mejor servicio
REDcientífica
· Portada
· Misión de REDcientífica
· Contacto
· Condiciones de publicación
· Consultar todos los documentos
· Consultar todos los autores
· Consultar todos los comentarios
· Acceso usuarios registrados
· Metaciencia
· Buscador científico
· English version


PORTADAS
40  41  42  43  44  45  46  47  48  49  50  51  52  53 

BOLETINES
40  41  42  43  44  45  46  47  48  49  50  51  52  53 

TEMAS
Agentes
Ajedrez
Aprendizaje
Arte
Bases de Datos
Biología
Ciencia-ficción
Computación Evolutiva
Educación
Filosofía
Física
Gaia
Genética
Geología
Informática
Ingeniería
Inteligencia Artificial
Internet
Lingüística
Matemáticas
Medicina
Mundo
Noticias
Política
Predicción
Psicología
Realidad Virtual
Reseñas de Libros
Robótica
Redes Neuronales
Sistemas Complejos
Sistemas Operativos
Sociedad
Sociología
Vida Artificial
Visión Artificial


PATROCINADORES





¿Quieres ver aquí tu publicidad?
Contacta con nosotros



ENLACES
%ObjFile-12EW-AR8B-AN5H-21FZ-88F2% links_0005_PrintAuthBackLinksCode("SA47-827R-6E9L-88F2% // ---------------------------------------------------------------------- print "

"; print links_0005_fShowGoogleBannerVertical(); // Fin BV ?>

El desarrollo de habilidades sociales ¿determinan el éxito académico?[1]

Dr. Rubén Edel Navarro[2]
Doctor en Investigación Psicológica
 
ImprimirEnviarComentariosVersión Wap

Actualmente la evaluación del desarrollo de habilidades sociales en los estudiantes y su probable nexo con su futuro desempeño académico queda relegado a un segundo plano. Sin embargo, las limitaciones en el desarrollo de las relaciones sociales genera riesgos diversos, como abandono escolar, bajo rendimiento y otras dificultades escolares. Dadas las consecuencias a lo largo de la vida, las relaciones sociales deberían considerarse como la primera de las cuatro asignaturas básicas de la educación, es decir, aunada a la lectura, escritura y aritmética.



RESUMEN

Aproximarse al rendimiento académico como objeto de estudio plantea entender su complejidad y las formas de abordar su comprensión como un fenómeno multifactorial. El presente artículo presenta la perspectiva de diferentes autores dedicados a la investigación sobre el rendimiento académico y plantea, como una alternativa de estudio, el desarrollo de las habilidades y/o competencias sociales como una de las variables que probablemente podrían predecirlo.

Palabras clave: Habilidades sociales, competencias sociales, rendimiento académico.


ABSTRACT

To come closer the academic yield since object of study considers understanding its complexity and the ways of approaching its comprehension as a phenomenon multifactorial. The present article there presents the perspective of different authors dedicated to the investigation on the academic yield and raises, as an alternative of study, the development of the skills y/o social competitions as one of the variables that probably could predict it.

Key words: Social skills, social competences, academic yield.


INTRODUCCIÓN

Probablemente una de las dimensiones más importantes en el proceso de enseñanza aprendizaje lo constituye el rendimiento académico del alumno. Cuando se trata de evaluar el rendimiento académico y cómo mejorarlo, se analizan en mayor ó menor grado los factores que pueden influir en él, generalmente se consideran entre otros, factores socioeconómicos , la amplitud de los programas de estudio, las metodologías de enseñanza utilizadas, la dificultad de emplear una enseñanza personalizada, los conceptos previos que tienen los alumnos, así como el nivel de pensamiento formal de los mismos (Benitez, Gimenez y Osicka, 2000), sin embargo y en contraste, Jiménez (2000) refiere que " se puede tener una buena capacidad intelectual y una buenas aptitudes y sin embargo no estar obteniendo un rendimiento adecuado ", ante la disyuntiva y con la perspectiva de que el rendimiento académico es un fenómeno multifactorial es por lo cual se exponen las siguientes líneas.

La complejidad del rendimiento académico inicia desde su conceptualización, en ocasiones se le denomina como aptitud escolar, desempeño académico ó rendimiento escolar, pero generalmente las diferencias de concepto sólo se explican por cuestiones semánticas ya que se utilizan como sinónimos, para el presente se considerará la definición de Pizarro (1985), la cual refiere al rendimiento académico como una medida de las capacidades respondientes o indicativas que manifiestan, en forma estimativa, lo que una persona ha aprendido como consecuencia de un proceso de instrucción o formación.


LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL RENDIMIENTO ACADÉMICO.

En su estudio denominado " algunos factores del rendimiento: las expectativas y el género ", Cominetti y Ruiz (1997) refieren que se necesita conocer qué variables inciden ó explican el nivel de distribución de los aprendizajes, los resultados de su investigación plantean que:

" las expectativas de familia, docentes y los mismos alumnos con relación a los logros en el aprendizaje reviste especial interés porque pone al descubierto el efecto de un conjunto de prejuicios, actitudes y conductas que pueden resultar beneficiosos ó desventajosos en la tarea escolar y sus resultados ", asimismo que: " el rendimiento de los alumnos es mejor, cuando los maestros manifiestan que el nivel de desempeño y de comportamientos escolares del grupo es adecuado " ( p.p. 4-5).

Existen investigaciones que pretenden calcular algunos índices de fiabilidad y validez del criterio de rendimiento académico más utilizado: las calificaciones escolares.

En el estudio " análisis de las calificaciones escolares como criterio de rendimiento académico ", Cascón (2000) atribuye la importancia del tema a dos razones principales:

" 1) uno de los problemas sociales, y no sólo académicos, que están ocupando a los responsables políticos, profesionales de la educación, padres y madres de alumnos; y a la ciudadanía, en general, es la consecución de un sistema educativo efectivo y eficaz que proporcione a los alumnos el marco idóneo donde desarrollar sus potencialidades; 2) por otro lado, el indicador del nivel educativo adquirido, en este estado y en la práctica totalidad de los países desarrollados y en vías de desarrollo, ha sido, sigue y probablemente seguirán siendo las calificaciones escolares. A su vez, éstas son reflejo de las evaluaciones y/o exámenes donde el alumno ha de demostrar sus conocimientos sobre las distintas áreas ó materias, que el sistema considera necesarias y suficientes para su desarrollo como miembro activo de la sociedad " (p.p.. 1-2).

Por otra parte Cascón (2000) en su investigación sobre " predictores del rendimiento académico " concluye que " el factor psicopedagógico que más peso tiene en la predicción del rendimiento académico es la inteligencia y por tanto, parece razonable hacer uso de instrumentos de inteligencia estandarizados (test) con el propósito de detectar posibles grupos de riesgo de fracaso escolar ".

En éste sentido al mencionar la variable inteligencia en relación con el rendimiento académico cabe destacar un estudio reciente de Pizarro y Crespo (2000) sobre inteligencias múltiples y aprendizajes escolares, en donde expresan que:

" la inteligencia humana no es una realidad fácilmente identificable, es un constructo utilizado para estimar , explicar ó evaluar algunas diferencias conductuales entre las personas: éxitos / fracasos académicos, modos de relacionarse con los demás, proyecciones de proyectos de vida, desarrollo de talentos, notas educativas, resultados de test cognitivos, etc. Los científicos, empero, no han podido ponerse muy de acuerdo respecto a qué denominar una conducta inteligente ( p.p.1-8)

Resulta importante considerar otro tipo de variables, al margen de las calificaciones y el nivel de inteligencia de los estudiantes, que aparentemente inciden en el rendimiento académico y que valdría la pena mencionar.

Al investigar sobre " los insumos escolares en la educación secundaria y su efecto sobre el rendimiento académico de los estudiantes ", Piñeros y Rodríguez (1998) postulan que:

" la riqueza del contexto del estudiante (medida como nivel socioeconómico) tiene efectos positivos sobre el rendimiento académico del mismo. Este resultado confirma que la riqueza sociocultural del contexto (correlacionada con el nivel socioeconómico, mas no limitada a él) incide positivamente sobre el desempeño escolar de los estudiantes. Ello recalca la importancia de la responsabilidad compartida entre la familia, la comunidad y la escuela en el proceso educativo " ( p.p. 34).


LAS COMPETENCIAS SOCIALES Y EL RENDIMIENTO ACADÉMICO.

Al hacer mención a la educación, necesariamente hay que referirse a la entidad educativa y a los diferentes elementos que están involucrados en el proceso de enseñanza aprendizaje como los estudiantes, la familia y el ambiente social que lo rodea. La escuela según Levinger (1994), brinda al estudiante la oportunidad de adquirir técnicas, conocimientos, actitudes y hábitos que promuevan el máximo aprovechamiento de sus capacidades y contribuye a neutralizar los efectos nocivos de un ambiente familiar y social desfavorables. En su estudio sobre el " clima social escolar: percepción del estudiante ", De Giraldo y Mera (2000) refieren que si las normas son flexibles y adaptables, tienen una mayor aceptación, contribuyen a la socialización, a la autodeterminación y a la adquisición de responsabilidad por parte del estudiante, favoreciendo así la convivencia en el colegio y por tanto el desarrollo de la personalidad; por el contrario si éstas son rígidas, repercuten negativamente, generando rebeldía, inconformidad, sentimientos de inferioridad o facilitando la actuación de la persona en forma diferente a lo que quisiera expresar.

Mientras que las relaciones entre los compañeros de grupo son sólo uno de los muchos tipos de relaciones sociales que un alumno debe aprender, no es de sorprenderse saber que los estudios que analizan el estilo en que los padres educan a sus hijos nos permitan tener algunos indicios que ayudan entender el desarrollo de capacidades sociales dentro de un grupo social de niños.

Sobre el papel de los padres en el desarrollo de la competencia social, Moore (1997) refiere que los padres se interesan por las interacciones más tempranas de sus hijos con sus compañeros, pero con el paso del tiempo, se preocupan más por la habilidad de sus hijos a llevarse bien con sus compañeros de juego, asimismo Moore postula que en la crianza de un niño, como en toda tarea, nada funciona siempre, se puede decir con seguridad, sin embargo, que el modo autoritario de crianza funciona mejor que los otros estilos paternos (pasivo y autoritario) en lo que es facilitar el desarrollo de la competencia social del niño tanto en casa como en su grupo social. Los altos niveles de afecto, combinados con niveles moderados de control paterno, ayudan a que los padres sean agentes responsables en la crianza de sus hijos y que los niños se vuelvan miembros maduros y competentes de la sociedad. Probablemente, los niños de padres autoritarios, es decir, aquellos cuyos padres intentan evitar las formas de castigo más extremas (ridiculización y/o comparación social negativa) al criarlos, puedan disfrutar de éxito dentro de su grupo social.

De acuerdo con McClellan y Katz (1996) durante las últimas dos décadas se han acumulado un convincente cuerpo de evidencia que indica que los niños alrededor de los seis años de edad al alcanzar un mínimo de habilidad social, tienen una alta probabilidad de estar en riesgo durante su vida.

Hartup (1992) sugiere que las relaciones entre iguales contribuye en gran medida no sólo al desarrollo cognitivo y social sino, además, a la eficacia con la cual funcionamos como adultos, asimismo postula que el mejor predictor infantil de la adaptación adulta no es el cociente de inteligencia (CI), ni las calificaciones de la escuela, ni la conducta en clase, sino la habilidad con que el niño se lleve con otros. Los niños que generalmente son rechazados, agresivos, problemáticos, incapaces de mantener una relación cercana con otros niños y que no pueden establecer un lugar para ellos mismos en la cultura de sus iguales, están en condiciones de alto riesgo.


CONCLUSIÓN

Las limitaciones en el desarrollo de las relaciones sociales genera riesgos diversos, algunos de ellos son conceptualizados por Katz y McClellan (1991) como : salud mental pobre, abandono escolar, bajo rendimiento y otras dificultades escolares, historial laboral precario y otros. Dadas las consecuencias a lo largo de la vida, las relaciones sociales deberían considerarse como la primera de las cuatro asignaturas básicas de la educación, es decir, aunada a la lectura, escritura y aritmética. En virtud de que el desarrollo social comienza en los primeros años, Katz y McClellan consideran que es apropiado que todos los programas para la niñez incluyan evaluaciones periódicas, formales e informales, del progreso de los niños en la adquisición de habilidades sociales.

Generalmente en las instituciones educativas se practican exámenes de ingreso, de manera específica en las escuelas preparatorias y en las universidades en México se contempla la evaluación de las habilidades matemáticas y de razonamiento verbal entre algunos de sus indicadores predictivos de rendimiento académico, sin embargo, la evaluación del desarrollo de habilidades sociales en los estudiantes y su probable nexo con su futuro desempeño académico queda relegado a un segundo plano y la más de las veces olvidado por dichos centros de estudio.

Finalmente cabría la reflexión en torno a la importancia de vincular el desarrollo de las habilidades sociales y el éxito académico, así como de generar investigación para comprender dicho fenómeno.


FUENTES DE CONSULTA

  • Benítez, M.; Gimenez, M.; Osicka, R. (2000). Las asignaturas pendientes y el rendimiento académico: ¿existe alguna relación?. En red: www. Disponible en: www.unne.edu.ar
  • Cascón, I. (2000). Análisis de las calificaciones escolares como criterio de rendimiento académico. En red: www. Disponible en: www3.usal.es/inico/investigacion/
  • Cascón, I. (2000). Predictores del rendimiento académico en alumnos de primero y segundo de BUP. En red: www. Disponible en: www3.usal.es/inico/investigacion
  • Cominetti, R.; Ruiz, G. (1997). Algunos factores del rendimiento: las expectativas y el género. Human Development Department. LCSHD Paper Series No. 20. May 1997.
  • De Giraldo, L.; Mera, R. (2000). Clima social escolar: percepción del estudiante. En red: www. Disponible en: colombiamedica.univalle.edu.co
  • Hartup, W. (1992). Having Friends, Making Friends, and Keeping Friends: Relationships as Educational Contexts. Urbana, IL: ERIC Clearinghouse on Elementary and Early Childhood Education. ED 345 854.
  • Levinger, B. (1984). School feeding programmes: myth and potential. Paris: Prospects; v 14: No. 3. P. 396-76.
  • Jiménez (2000). Análisis del rendimiento académico. En red: www. Disponible en: perso.wanadoo.es/angel.saez/
  • Katz, L.; McClellan, D. (1991). The Teacher's Role in the Social Development of Young Children. Urbana, IL: ERIC Clearinghouse on Elementary and Early Childhood Education. ED 331 642.
  • McClellan, D.; Katz, L. (1996). El desarrollo social de los niños: una lista de cotejo. En red: www. Disponible en: ericeece.org/pubs/digests/1996/
  • Moore, S. (1997). El papel de los padres en el desarrollo de la competencia social. Eric Digest. Clearing on elementary and early childhood education. Abril 1997. Edo. Ps. 97-15.
  • Piñeiros, L.J.; Rodríguez, A. (1998). Los insumos escolares en la educación secundaria y su efecto sobre el rendimiento académico de los estudiantes. Human Development Department. LCSHD Paper Series No. 36. December 1998.
  • Pizarro, R. (1985). Rasgos y actitudes del profesor efectivo. Tesis para optar al grado de Magister en Ciencias de la Educación. Pontificia Universidad Católica de Chile.
  • Pizarro, R.; Crespo, N. (2000). Inteligencias múltiples y aprendizajes escolares. En red: www. Disponible en: www.uniacc.cl/talon/



    [1] Dr. Rubén Edel Navarro (2003) . The development of social skills. They determine the academic success? [ Volver ]



    [2] Rubén Edel Navarro es Doctor en Investigación Psicológica, Docente Investigador, y Miembro titular de la Sociedad Mexicana de Psicología y de la Red Iberoamericana de Investigación sobre Cambio y Eficacia Escolar. Universidad Cristóbal Colón. Campus Torrente Viver. Estudios de Posgrado. Carretera La Boticaria Km. 1.5 Apartado Postal 167. Veracruz, Ver. C.P. 91930 [ Volver ]



    Otros documentos del mismo autor




    © Copyright 2003 Dr. Rubén Edel Navarro.
    © Copyright 2003 REDcientífica.
    Todos los derechos reservados.


    [Evaluar este artículo]








  •               Misión de REDcientífica              Condiciones de publicación              E-mail de contacto.








      Bookmark and Share