El ser humano es capaz de hacer juicios sin información previa, sin datos; al menos, sin todos los datos. Por supuesto que a la hora de tomar una decisión, nos encantaría tener toda la información relativa a ella. Pero si la tuviéramos ¿realmente quedaría algo que decidir? Cuando existe el algoritmo y los datos, el ordenador siempre resuelve el problema muchísimo más rapido que el ser humano.
La gran cualidad humana es la intuición, que posiblemente no sea más que utilizar tanto interconexiones entre recuerdos como datos, ambos incompletos, o al menos no conscientes. La velocidad de razonamiento humana secuencial es lentísima comparada con la de los ordenadores. Pero a pesar de ello, la mente humana no tiene nada que envidiar a un disco duro. No se trata de un problema de capacidad sino de paralelismo.
Tal vez el enfoque de arquitecturas de computadores que separa mecanismos de proceso con mecanismos de almacenamiento esté llegando a su extremo. Parece lógico que el nivel de mente humana consciente, que es básicamente secuencial, diseñe máquinas secuenciales. Pero la mente humana, a todos los niveles inferiores, es masivamente paralela.
Es probable que el exceso de información esté limitando la intuición de los humanos. ¿Puede estar esto relacionado con la crisis de las empresas ".com"? ¿Se trata de la punta del iceberg de una crisis de la sociedad de la información? ¿Tal vez la a obsesión por acaparar toda la información sobre un cierto tema es una muestra de debilidad, de incapacidad para utilizar nuestra imaginación e intuición? Según unos, "el experto no piensa. el experto sabe". Según otros, "el experto es aquel que infringe las normas, incluso las propias, y al hacerlo, acierta". ¿Tánta información necesita el experto?
Con el boletín de este verano de 2001 queremos sacar a la luz una artículo publicado en aIRcenter en Noviembre 1999 sobre el datamining y los oráculos de silicio. ¿Se han cumplido las expectativas de aquellos momentos? Decíamos en aquel artículo: Mientras que la innovación y la originalidad son habilidades fundamentales para la supervivencia de las empresas, su éxito y prosperidad depende también de decisiones eficientes y competitivas que deben ser tomadas en cortos intervalos de tiempo. Para tomar decisiones, es fundamental contar con información de calidad.
Existen actualmente varias empresas que se dedican a ofrecer información de calidad, que sin embargo están sufriendo la crisis del sector de internet. Paralelamente, tienen problemas algunos fabricantes de hardware o incluso a medios tradicionales como publicaciones en papel y la televisión. El negocio de la musica está sin duda en un momento de cambio debido a los sitemas de tipo Napster. ¿Que está ocurriendo? ¿Hay un exceso de información? ¿La oferta es superior a la demanda? Al menos, parece que la gente no está dispuesta a pagar por ella.
La sensación es que la información se ha convertido en un derecho fundamental. Y de paso, la tarifa plana de conexión a la red, también. Es muy fácil acostumbrarse a recibir cosas grátis. Probablemente en internet se ha cometido el error de mal-acostumbrar al usuario, ofreciendole gratis, prácticamente todo, porque casi todo el mundo quería ser el primero en ofrecer algo. La actividad de las empresas en internet ha sido ciertamente extraña. ¿Dónde está el poder de la información? Olga Mucharraz y el David de Miguel Angel nos dicen que "La información y el conocimiento, no son poder, ya que el poder y el control son funciones que un individuo o una colectividad se atribuyen y otros les reconocen"
Prueba de que la información nos inunda es el artículo de Juan Chamero sobre el futuro del Ciberespacio: a pesar de que los motores de búsqueda han mejorado mucho en los dos últimos años, se tiende al colapso del sistema. En las bases de datos hay almacenados millones de registros con supuesta información útil, como catálogos, servicios, manufacturas, profesionales, oportunidades laborales, etc. Sin embargo, los usuarios no pueden encontrar lo que necesitan.
¿Que actitud debemos tomar como REDcientífica ante esto? La borrachera de información producida por internet pasará, y el coste de acceder a información de calidad se equilibrará con el coste de producirla. Pero al menos, obtengamos alguna enseñanza de esta crisis. Por una parte, intentemos construir computadores imaginativos. Por otra, no perdamos nuestra propia creatividad. Tal vez una de las peores críticas que se pueden hacer de un trabajo científico es decir que tiene una buena bibliografía. La mayor parte de las grandes obras humanas se han realizado con una cantidad muy pequeña de información.
Os invitamos a enviarnos vuestros trabajos, originales, creativos e intuitivos. Especialmente queremos animar a nuestras lectoras, esperando que los dos artículos de mujeres que esta vez publicamos, -rompiendo todas las estadísticas previas-, sean el comienzo de una nueva etapa más femenina.
¡Os esperamos!