Internet está presente en la naturaleza misma del pensamiento humano. Navegamos como pensamos, y en cada link está presente la sinapsis exacta, la pulsión del deseo corresponde a la presión del mouse. Se podría, inclusive, asociar un potencial -a la manera de la Física- que condiciona la navegación o la decisión de compra en la red.
Pero hasta aquí llega la lírica. De todas las iniciativas en Internet, sólo triunfan aquellas donde hay rédito económico, y donde se logra satisfacer alguna necesidad incumplida en el mundo off-line. O -como satisfactorio y efectivo.
Qué diríamos si existiese una forma de representar nuestra vida a lo largo del tiempo en una pantalla de Web? Qué si lográramos aprehender en un html nuestra propia identidad, de un modo dinámico, acompañada por la de nuestros semejantes, y un simple click nos permitiera interactuar de alguna forma?
Antes que nada, me tomé un tiempo para verificar que este no fuera "webline", "web timeline" o "web representation of life" nada sobre clusters de páginas relacionadas (ver figura). Pero el concepto de WebLine es tan simple que dudo que nadie esté ya en esto.
Primero sería menester definir el concepto de distancia en términos de una representación bidimensional como un monitor, ya que considero línea de izquierda a derecha representa la propia identidad, y que nuestros amigos o conocidos estarán tanto más "cerca" cuanto mayor sea la amistad o afinidad.
Un párrafo aparte para definir distancia. Gente que veo todos los días en el trabajo no son mis amigos, luego la permanencia temporal no hace a esto. Los familiares son próximos por algún efecto desconocido. Los ves una vez por mes y te sientes próximo. Lo más eficiente sería que cada persona hiciera un recuento empírico de su lista de amistades, cotejara cuántas veces las ve por año -igual con sus familiares- y estableciera una cierta distancia en pixels en función del potencial de amistad, evitando posibles singularidades en encuentros sexuales intensos -líneas que se acercaron demasiado- y permitiendo las divergencias hasta el infinito de las peleas a muerte.
En el aspecto dinámico, es interesante suponer que las líneas nacen arracimadas en familias, acunadas por líneas paralelas de padres y madres, luego cautivadas por ramilletes de líneas semejantes en instituciones de educación, de golpe experimentan saltos cuánticos al descubrir sus dueños su propia identidad en ambientes diferentes al de su origen. Finalmente, estas líneas originan segmentos emergentes -hijos- que repiten los patrones anteriores. El final de la historia es adivinable, desapareciendo del monitor en consonancia con otras tantas. Esto es lo que siento cuando veo a los viejos de ochenta años jugando a la paleta en el club, reacios a juntarse con el resto de los grupos. Un grupo de líneas que converge hacia una fosa común. La representación de una muerte en html debiera ser tan banal como lo es en la vida: un suspiro que enmudece.
Hace poco tuve que hacer un poco de Data Mining improvisado en la base -a pesar de nuestra pretendida originalidad- el comportamiento humano no resiste demasiados casos posibles, y que los cien mil usuarios que dejaron treinta o más datos personales en su inscripción pueden ser clasificados y disecados a través de sus respuestas. De la misma forma, supongo que podría clasificarse algunos comportamientos prototípicos -líneas demasiado chatas o predecibles, comportamientos angulosos o fluctuantes- y hasta podría instaurarse una jerga de profesionales que miraran despectivamente el monitor y encasillaran a sus pacientes. En este punto aprendí a desconfiar de mi propia idea.
