¿Por qué los medios, cuando se menciona Internet, tendenciosamente la relacionan con la pornografía infantil, los timos, los hackers, los robos de números de tarjetas de crédito, zulos de terroristas y un sin fin de horrores parecidos? ¿Es que nada bueno sale de Internet?
¿Por qué los medios, cuando se menciona Internet, tendenciosamente la relacionan con la pornografía infantil, los timos, los hackers, los robos de números de tarjetas de crédito, zulos de terroristas y un sin fin de horrores parecidos? ¿Es que nada bueno sale de Internet? Bien es verdad que esas imágenes tienen su fundamento real: la pornografía atrae más visitantes que ningún otro tema, ha habido gente que ha sufrido timos, los hackers atacan periódicamente sitios mundialmente conocidos (NASA, CIA, etc.) y otros no tanto, ha habido quien comprobó cómo su número de tarjeta resultó comprometido y los terroristas pueden utilizar Internet para transmitirse mensajes cifrados. Ahora bien, ¿no se vende pornografía en los quioscos? ¿No se le tima a la gente en su propia casa? ¿No sufrimos a vándalos que rompen cristales, queman papeleras y destruyen árboles? ¿No se producen robos de tarjetas de crédito? ¿No se comunican los terroristas por teléfono y por correo convencional?
Internet es un reflejo del mundo al que estamos acostumbrados, pero con fronteras difusas, con reglas distintas y con valores antagónicos. Y esta semblanza asusta. Todo lo nuevo provoca reacciones de oposición en las mentes anquilosadas en la tradición, en el pasado y en la medianía. Internet puede cambiar la forma de girar del mundo. Internet puede cambiar la forma de trabajo. Internet puede cambiar las relaciones entre los individuos. Prohibamos Internet, más vale lo malo conocido (sobre todo si me va bien) que lo bueno por conocer. Hagamos un operación de desgaste y derribo, minemos la confianza de la gente en esta novedosa tecnología. Que la desprecien, que la teman, que la ignoren.
Afortunadamente, la criptografía, una vez más, se convierte en una valiosa aliada que puede combatir las plagas que amenazan la libre expansión de Internet. Gracias a las herramientas criptográficas se puede conseguir privacidad en las comunicaciones, integridad en las transacciones comerciales, no repudio en los contratos, y muchas otras ventajas para el uso cotidiano de la Red.
¿Usar o no usar Internet? Usarla, sí, pero con seguridad. Ahora bien, ¿qué iniciativas se emprenden en nuestro país en esta dirección? De manera poco alentadora, la Segunda Encuesta Mundial sobre Seguridad Informática realizada por Ernst & Young (que puede obtenerse en redes informáticas y en Internet es todavía una asignatura pendiente dentro del marco del tejido empresarial, helvetica, universal español. A pesar de que la dirección de las empresas considera la seguridad como importante o muy importante, esta preocupación no se hace eco en la implantación de medidas concretas ni en el establecimiento de políticas de seguridad y planes de contingencia. El aumento del uso de Internet ha sido espectacular (especialmente del correo electrónico), a pesar de que su falta de seguridad es unánimemente reconocida por todos sus usuarios y a despecho de la mala prensa que inexplicablemente a veces recibe en los medios de gran difusión. A medida que las compañías buscan mejorar su negocio desplegando sistemas distribuidos y/o conectándose a Internet, las organizaciones de las Tecnologías de la Información se ven forzadas a identificar, atender y gestionar incidentes de seguridad y peligros relacionados cada vez más frecuentes. A la vista del número creciente de agujeros de seguridad y ataques informáticos, se ha tornado evidente y es comúnmente aceptado que el entorno de redes distribuidas, incluyendo por supuesto a Internet, está plagada de amenazas a la seguridad.
Esta inseguridad está acarreando entre otras consecuencias el retraimiento del comercio electrónico, al que se contempla como sospechoso en la medida en que no se aumente la seguridad en las transacciones comerciales. Sin embargo, no basta con reforzar la seguridad para llevar a cabo la actividad comercial de la empresa en Internet, también es necesario implantar medidas de seguridad para protegerse frente a las cinco amenazas más temidas según los encuestados, listadas en orden decreciente de seriedad: los hackers informáticos, los usuarios no autorizados, los proveedores de servicios, los antiguos empleados y los usuarios autorizados desleales.
Con el fin de protegerse ante estas y otras amenazas, resulta de vital importancia que toda compañía con activos informáticos se conciencie de la nueva revolución Internet que está sacudiendo el mundo empresarial, helvetica, universal. La seguridad de la información es una problema que los directivos deben asumir como parte irrenunciable de sus responsabilidades, les guste o no. No basta ya con subirse al tren de Internet, hay que hacerlo además de forma segura. No haga suya esa vieja máxima de la gestión de seguridad: Cuando no ocurre nada, nos quejamos de lo mucho que gastamos en seguridad.
Cuando algo sucede, nos lamentamos de no haber invertido más. Más vale dedicar recursos a la seguridad que convertirse en una estadística.
Sobre el documento
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Gonzalo Álvarez Marañón es Ingeniero Superior de Telecomunicación y trabaja desde 1995 en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en temas relacionados con la criptografía y la seguridad en Internet. Es autor de numerosas publicaciones en revistas y mantiene la suya propia
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