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Sobre la información en neurología

David Navarro
http://www.davidnavarro.com
 
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Especialmente asombrosa es la forma con la que la naturaleza nos plantea el gran misterio del funcionamiento del cerebro, exponiéndonos un hecho desconcertante, yo diría casi a modo de burla: las neuronas, o también llamadas células nerviosas. Estos ladrillos del cerebro, tienen los mismos genes, comparten la misma organización general y el mismo aparato bioquímico que las demás células del organismo. ¿Porqué lo más interesante de nuestro organismo se nos escapa siendo a la vez tan simple? Claro está, simple desde el punto netamente teórico asociado a la fisiología, y tampoco me atrevería yo a decir tanto.


Es cierto que las neuronas son las células más especializadas del organismo, y por ello su evolución podría hacer sido mucho más pulida en comparación con las demás células orgánicas, y no solo eso, sino, y puestos a crear hipótesis, haber sido el resultado de un desdoblamiento en la cadena evolutiva orgánica, siendo esta, por tanto, inherente al concepto vida (orgánica). Las neuronas disponen de una membrana externa capaz de crear impulsos nerviosos y una estructura única, la sinapsis, para la transferencia de información de una neurona a sus vecinas. Estos dos puntos son acto de verdadera devoción entre los investigadores de I.A., sí, contando con los datos, nunca ha sido más difícil ponerlos en práctica, siendo la palabra difícil un colapso de la positividad... más bien sería imposible. Pero las células del cerebro funcionan, como no podría ser de otra forma, con las leyes de todas las del organismo. Sus señales eléctricas y químicas pueden detectarse o interpretarse, y sus sustancias químicas identificarse. Su estructura cartografiarse, es decir, su estudio no debe se más complejo que el de un riñón. Tal vez lo que nos induzca a error y a veces al desasosiego en cuestiones de investigación neurológica, es el hecho de que este funcione a otro nivel, uno que solo puede ser entendido desde las apreciaciones del problema cuerpo-mente mezcladas con un buen puñado de neurofisiología.

Bien podría ser que el problema de la comprensión, ya no como describe la teoría cerebro-mente que intenta analizar como algo abstracto entra en un medio físico, y viceversa, asociado este a la mente apareciendo como respuesta a la pregunta de la existencia de "algo" capaz de comprender, porque este término lleva consigo una revelación o iluminación súbita. Claro, que no por ello los científicos van a ponerse nerviosos y no atinar en averiguar la verdad acerca de este misterio, pero puede, que la verdad como tal no exista, dado que se pierde (solo posiblemente) en el horizonte, donde se juntan las masas físicas y el entendimiento mental. Lo físico y lo abstracto. "Los matemáticos son gente que no solo no saben de que están hablando, sino que tampoco les importa." G. H. Harley (matemático)

A los fisiólogos de la mente, si les importa de que están hablando, pero no ven manera de saber de que hablan.

Pero no es solo romanticismo la postura de la I.A. frente a la imitación del funcionamiento del cerebro por medio de redes neuronales. Se cree que el cerebro humano consta de 1011 neuronas, que viene a ser el número aproximado de estrellas en nuestra galaxia. Esto nos ofrece una visual de la grandiosidad que ofrece el cerebro en el inmenso trabajo del manejo de información, datos: la verdadera red neuronal ¡OH!. Pero es más, porque por si no fuera poco: no existen dos neuronas iguales en cuanto a forma, aunque estas se agrupen en pocas categorías amplias y la mayoría de las características celulares sean parecidas. La gran mayoría de las neuronas disponen de secciones determinadas y casi universales: cuerpo celular, dendritas y axón. El cuerpo celular es poseedor del núcleo de la neurona y de la maquinaria bioquímica para la síntesis de encimas y otras moléculas esenciales. Las formas más normales del cuerpo celular son las piramidales o esféricas. Las dendritas son delicadas expansiones en forma de tubo que tienden a ramificarse repentinamente formando un arbusto alrededor del cuerpo de la célula. Proporcionando la principal superficie física por la cual la neurona recibe señales de entrada (aferentes). El axón se hace material a partir del cuerpo celular y es por el, por el cual las señales viajan largas distancias desde el cuerpo celular a otras partes del cerebro y el sistema nervioso. Para fijar una diferencia fácil y universal entre las dendritas y los axones podremos decir que mientras que las ramas de las dendritas tienden a agruparse cerca del cuerpo celular, las ramas de los axones tienden a nacer al final de la fibra, allí donde el axón se comunica con otras neuronas.

La sinapsis, que sería algo así como los puntos de contacto especializados entre neuronas, es la encargada de mantener el flujo de información a través de elaborados circuitos de redes neuronales (orgánicas). Un dato que nos dará una idea del enorme campo de información contenido en el cerebro: una neurona típica puede tener de 1000 a 10000 sinapsis y puede recibir información de otras 1000 neuronas. La sinapsis, por regla general, suele realizarse entre el axón de una célula y la dendrita de otra, pero pueden haber otros tipos de unión sináptica, como axón-axón, dendrita-dendrita, axón-cuerpo celular.

El axón suele dilatarse para formar el botón terminal, siendo el caso de una sinapsis. El botón terminal es la parte de unión que libera la información y contiene diminutas estructuras esféricas llamadas vesículas sinápticas, conteniendo estas a su vez miles de moléculas de transmisor químico. Cuando un impulso nervioso llega al botón terminal, algunas vesículas descargan su contenido en la estrecha hendidura que separa el botón de la membrana de otra dendrita celular. Esta está destinada a recibir el mensaje químico. Algunas sinapsis tiene la función excitadora, provocando una "puesta en marcha", mientras otras son inhibidoras, cancelando señales de "puesta en marcha".

Una vez expuesto, a muy grandes rasgos, la organización neuronal del cerebro, pasemos a describir la complejidad de la especialización en este. El cerebro humano no tiene porqué diferenciarse demasiado del de los animales en cuanto a que tiene diversas funciones básicas de control físico y sensitivo. La diferencia más importante entre los animales y las personas, será, que nosotros llevamos todos los procesos a un nivel mayor de complejidad, haciendo que existan actividades que al haber sido llevadas a este nivel superior puedan llegar a ser aprendidas, y al final ser llevadas al nivel consciente. Por ejemplo, nadie nace hablando, ¿verdad?, pero todos aprendemos a hablar nuestro idioma materno, y después podemos aprender otros tantos, y no solo eso, sino además exponer y recibir ideas por medio de la escritura y la lectura. También podemos escuchar música y luego tararearla sin esfuerzo alguno. Y no solo eso, sino que el mero hecho de dibujar, y comprobar el parecido con la realidad es muestra de todo lo que intento exponer. Este gran nivel de complejidad cerebral del que disponemos consistiría en primera instancia en interactuar con una dimensión más abstracta, más de "opinión", de voluntad, de creatividad, que la que cualquier animal pueda. Ello también nos induciría a pensar que somos, posiblemente, los únicos animales para los cuales existen estos términos, no solo conceptualmente, sino "espacialmente". Es decir, mi palabra, como tal, no produce ni debe ninguna repercusión en los animales, (aunque si pueda, mi tono de voz, inducirles a posibles, y solo posibles: sentimientos), y esto mismo es transportado a los demás ejemplos: música, pintura... nada es lo mismo para nosotros que para ellos, siendo esta la posible demostración de que nuestro mundo, o nuestro nivel de abstracción nos pertenece sólo a nosotros, y que tal vez, ni siquiera exista cuando el último humano muera (ni que decir tiene que las formas de buscar vida inteligente alienígena tienen que ver con estos planteamientos).

Algunas de estas funciones de mayor nivel del cerebro humano son gobernadas por retículos neuronales especializados. Un dato que empezó a arrojar luz en estos temas, y que se remonta a unos cien años atrás, es que por lo menos dos regiones ya definidas del cortex cerebral son esenciales para la amplitud lingüística, siendo organizadas especialmente para el procesamiento de información verbal. También existen ciertas estructuras de la superficie externa de la parte inferior de lóbulo temporal, incluido el hipocampo, que son indudablemente necesarias para una prolongada retención de los recuerdos: curioso, sí señor, eventos abstractos almacenados en materia física orgánica. Y no solo curioso, sino apasionante. A ambos lados de la corteza cerebral humana hay un área a la que concierne el reconocimiento de rostros y las expresiones faciales, por ello, cuando se sufre lesión de estas zonas se produce una enfermedad cerebral llamada propagnosia, que imposibilita reconocer estos datos. Además, el cerebro humano ofrece otra diferenciación con el animal, siendo esta patente en la manera de repartirse las funciones entre los dos hemisferios cerebrales. Siento la predisposición personal por un hemisferio u otro, hecho que reflejará cuales son sus aptitudes y predisposiciones a algunas cosas, como por ejemplo: una predisposición al córtex derecho hace que tengamos ciertas aptitudes musicales. Pero no todo contiene enrevesados significados, ni mucho menos.

También nuestro cerebro dispone, y he de puntualizar que en abundancia, de sectores dedicados a tareas sencillas. Existe un arco que va de oreja a oreja pasando por la parte superior del cerebro, el cual se denomina córtex motor primario, y este no es más que un mecanismo de control voluntario de los músculos. En la parte posterior del cerebro, y concretamente en la superficie interna del lóbulo occipital, se encuentra la corteza visual primaria. Las áreas auditivas primarias se encuentran en los lóbulos temporales. La olfación está localizada en una cara inferior del lóbulo frontal. Los experimentos con monos, por ejemplo, arrojan luz sobre el aprendizaje, y nos ilustra hasta qué punto puede ser sutil la distinción entre funciones de dos retículos de neuronas. A los monos, se les podría enseñar a elegir con cierta coherencia, uno de dos objetos o dibujos. Pero cuando estos objetos son retirados y ocultos, y después de un tiempo, el mono ya no tiene elección, porque tal vez los conceptos de objeto o dibujo, como tales, se hallan esfumado de su mente por no poder pasar a un nivel subconsciente, el de los conceptos aprendidos después de razonados. Pero pasando a otro tema, más relacionado con los sentimientos en sí. También, el estado emocional se encuentra (en algunos conceptos) medido en regiones cerebrales. Las lesiones, en humanos, del área izquierda van acompañadas de sentimientos de perdida, depresión. Y la lesión en la misma región, pero en su parte derecha, nos produce una despreocupación máxima respecto a su propio estado físico, el sujeto no siente ni padece cualquier mal que se le pueda causar. Esto puede ser generalizado a derecha e izquierda, siendo patente en un estudio de la Universidad Católica de Roma, el cual define que las lesiones en el área izquierda producen imposibilidad de entender el entorno en cuanto a su percepción (lingüística, por ejemplo), pero si pueden comprender los vestigios básicos de humanidad, como por ejemplo el tono de voz. Por el contrario, una lesión en la zona derecha del cerebro nos hace percibir todo perfectamente, pero no poder definir si se trata de una expresión en tono de enfado, buen humor, doble sentido inducido por la expresión...

Así pues, descubrimos que el cerebro es algo maravilloso, pero que aún no es nuestro aunque pose sobre nuestras cabezas. La inteligencia artificial puede apreciar en estos procesos y ordenaciones neurológicas diversos datos interesantes para ser importados a si misma, como por ejemplo: la posible necesidad de crear un zona especializada en expresión emocional lingüística. Siento todos estos datos útiles para los ajustes de las teorías y algoritmos existentes. Puede que ciertamente, no van más allá.



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